¿Cómo un Dios bueno puede permitir el sufrimiento?
Palabras de Charles Templeton: “No es posible que `un Dios amoroso´ sea el autor de los horrores… que continúan todos los días, que existen desde que el tiempo comenzó y seguirán mientras exista vida. Se trata de una historia inconcebible de sufrimiento y muerte, y puesto que la historia es real, es obvio que no puede haber un Dios amoroso.” (Strobel, 2014, págs. 31-32)
La humanidad tiene hambre de escuchar respuesta, sobre todo, personas que se vieron obligados a enfrentarse al sufrimiento, tragedias y muerte. El relacionamiento entre Dios y el sufrimiento forma una de las principales preguntas acerca de la fe cristiana. Si existe un Dios bueno y omnipotente ¿por qué no impide las tragedias que suceden? (Geisler, 2014, pág. 9)
I. Las teodiceas
La historia revela los intentos de grandes pensadores de generar respuestas ante el sufrimiento. Se los llama teodiceas (justificación de los caminos de Dios para con los seres humanos) que conllevan el objetivo de por qué un Dios justo permite que exista y persista el mal. (Keller, 2018, págs. 99-100)
En siglo II Ireneo desarrolló la teodicea de la “edificación del alma”. Busca justificar los males de la vida reconociendo que el mundo fue creado con el objetivo de que las personas se encontraran con Dios y creciesen hasta alcanzar todo para que fueron diseñados. En ese sentido injusticia y dificultad lleva a la dependencia de Dios para madurar. (Keller, 2018, pág. 100)
Analizando esta teodicea se generan diferentes cuestiones. Primero, parece que el mal y sufrimiento no tienen mucho que ver con la edificación del alma. Segundo, se manifiesta una retribución injusta de la adversidad que las personas aparentemente necesitarían. (Keller, 2018, pág. 101)
Una segunda, la más famosa, manifiesta la teodicea del “libre albedrío”, que se le atribuye San Agustín. La idea consiste en lo siguiente: Dios creó a seres humanos como agentes libres y racionales con la capacidad de elegir y, por lo tanto, amar. Pero la capacidad de elegir libremente lo bueno, implicaría la opción del mal, por ende, el abuso del libre albedrío, forma la razón de la existencia del mal. (Keller, 2018, pág. 101)
También a este intento de explicación se presentan críticas. Primero, parece que aborda solamente el mal moral, sin implicar el mal natural. Segundo, ¿es verdad qué Dios no puede crear seres libres capaces de amar sin capacidad de hacer el mal? Pensando en el futuro mundo, no habrá sufrimiento y nadie podrá elegir el mal. Tercero, la teodicea parece con atribuirle libre albedrío al hombre mucho poder y limites a Dios, pero al final, Dios a lo largo de la historia estuvo capaz de direccionar soberanamente las elecciones llegando a sus fines. (Keller, 2018, págs. 102-103)
II. El problema intelectual y emocional del sufrimiento
El argumento del sufrimiento forma definitivamente la argumentación más importante en contra de la existencia de Dios que proponen los ateos. William Lane Craig analiza el problema del sufrimiento y genera la división del problema intelectual y emocional. El problema intelectual aborda la plausibilidad de la coexistencia de Dios y el sufrimiento. El problema emocional expresa la inconformidad del hombre con un Dios que permite sufrimiento. (Craig, 2015, pág. 163)
Craig sostiene que el sufrimiento en gran mayoría forma un problema emocional y no intelectual. Alega que la incredulidad no surge a partir de la refutación, sino del rechazo de Dios. A causa primeramente se analiza los argumentos que propone el problema intelectual, y después, se trata el problema emocional. (Craig, 2015, pág. 164)
El problema intelectual
Argumento lógico
La primera versión del problema intelectual consiste en la lógica, que sostiene la imposibilidad de la coexistencia de Dios y el sufrimiento. En resumen, el argumento lógico funciona de la siguiente manera: 1. Un Dios bueno no quisiera la existencia del mal; un Dios todopoderoso no permitiera la existencia del mal; 2. El mal existe; 3. Por lo tanto, es imposible que existe un Dios bueno y todopoderoso. (Keller, 2018, pág. 107)
La perspectiva teísta, tomando bajo lupa esta argumentación, puede detectar una premisa oculta. La perspectiva atea pretende implícitamente que Dios no tiene razones válidas para permitir el sufrimiento. Más allá, el escéptico supone, si él no percibe ninguna razón, es lo suficientemente probable que Dios tampoco la tenga. Empieza argumentando a partir de la omnipotencia de Dios, pero termina relativizando ésta, enalteciendo su razón. (Keller, 2018, págs. 107-109)
Argumento probatorio
La segunda versión forma la probatoria, que alega la improbabilidad de la coexistencia de Dios y el sufrimiento. Se alega que el sufrimiento minimiza la probabilidad de que Dios existe y que es altamente improbable, que Dios tenga buenas razones para permitirlo. Seguramente pudo haber reducido el sufrimiento, sin obligación de hacer lo mismo con el bien. (Craig, 2015, pág. 169)
La respuesta teísta resalta que la argumentación ateísta depende totalmente del siguiente razonamiento: Es posible deducir que el sufrimiento es injustificado, debido a que parece ser injustificado. Es un hecho que el hombre es finito, y limitado por tiempo y espacio, inteligencia y comprensión. Pero Dios ve el final de la historia desde el principio ya y está capaz de dirigir las decisiones del hombre. Por ende, puede ser que tiene mucho sentido el sufrimiento que permite Dios. (Craig, 2015, pág. 169)
Una ilustración: La ciencia en el área de la teoría del caos ha descubierto que grandes sistemas como el clima o poblaciones de insectos muestran una alta sensibilidad ante perturbaciones. Por ende, es posible que una mariposa que volando se sienta en una ramita, produce a fuerzas que finalmente generan un huracán. (Craig, 2015, pág. 170)
El problema emocional
La gran mayoría (los que no están filosofando sobre el problema) se objetan a la existencia de Dios por razones viscerales, no filósificas. Cuando las personas están pasando por graves males relativizan la existencia de Dios. La respuesta proviene de lo profundo del ser, genera una sensación de malestar, antes de que reacciona el cerebro. (Keller, 2018, pág. 112)
El escrito “La noche” de Elie Wiesel, describe su primera noche en el campo de concentración nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Miró los hornos donde personas fueron asesinadas, hasta niños. Relata que esta noche “convirtió su vida en una larga noche, siete veces maldita y siete veces sellada”. Su descripción: “Nunca olvidaré esas llamas que consumieron mi fe para siempre… Nunca olvidaré esos momentos que asesinaron a mi Dios y a mi alma, y que convirtieron mis sueños en polvo.” (Keller, 2018, págs. 113-114)
III. Conclusión final
Una vuelta inesperada…
Timothy Keller sostiene: “…el problema del sufrimiento sin sentido no desaparece cuando dejas de creer en Dios. Si no hay Dios, ¿por qué tener un sentido de indignación y horror cuando se inflige un sufrimiento injusto a un grupo de personas? La violencia, el sufrimiento y la muerte son fenómenos completamente naturales” (Keller, 2018, pág. 118)
Craig comprende bien cuando dice: “Paradójicamente es Dios, sin embargo, que el problema del sufrimiento es la objeción más fuerte en contra de la existencia de Dios, finalmente la única solución.” (Craig, 2015, pág. 186)
Keller concluye: “Cuando abrazamos la enseñanza cristiana, que Jesús es Dios y que estuvo colgado por nosotros en la cruz, esto nos consuela profundamente y recibimos la fortaleza de enfrentarnos ante las realidades brutales de la vida en la tierra.” (Keller, 2017, pág. 57)
BIBLIOGRAFÍA:
Craig, W. L. (2015). On Guard: Mit Verstand und Präzision den Glauben verteidigen. (J. Booker, Trad.) München, Alemania: Christlicher Veranstaltungs- und Mediendienst.
Geisler, N. (2014). Si Dios existe, ¿por qué el mal? (A. Carrodeguas, Trad.) Colombia: Unilit.
Keller, T. (2017). Warum Gott?: Vernünftiger Glaube oder Irrlicht der Menscheheit? (F. Lux, Trad.) Giessen, Alemania: Brunnen-Verlag.
Keller, T. (2018). Caminando con Dios a través de el dolor y el sufrimiento. Medellín, Colombia: Poiema Publicaciones.
Strobel, L. (2014). El caso de la fe: Un periodista investiga las más duras objeciones al cristianismo. (M. Cano, Übers.) Miami, Florida, Estados Unidos: Vida.
Este artículo fue escrito por RAPHAEL GÖRZEN, publicado originalmente en Hijos del siglo XXI.