..pero hágase todo decentemente y con orden. 1 Corintios 14:40
Con las experiencias vividas y testimonios confesados, hemos visto y oído que Dios se complace en hablar con sus hijos de distintas maneras. Utiliza a sus siervos para transmitir un mensaje que sacie al alma hambrienta, que consuele al corazón afligido, que traiga fuerzas al espíritu cansado. Al mismo tiempo vemos que una de las características de Dios, y que se evidencia ya desde el principio de la creación; es que a Él le agrada el orden. Y así como Él es ordenado, desea que sus ministros sean guiados bajo un orden en todas las áreas de sus vidas. Esto incluye las predicaciones que serán transmitidas en los servicios dominicales.
La planificación anticipada de predicaciones ha sido uno de los temas que nos han llevado a una reflexión. Y es porque creemos que una buena planificación es sinónimo de orden, que trae consigo tranquilidad en la vida de los líderes y vivifica la vida de los miembros. En la encuesta realizada, la cual también les presentamos a continuación, notamos que un 49% tiene planificado sus prédicas con un domingo de anticipación. Con esta entrevista realizada al Pr. Flavio Florentín, deseamos motivar a cada pastor a que desarrolle un plan estratégico que influya de tal manera que pueda tener una planificación, ya sea anual o semestral. Un calendario anual en lo que respecta a las predicaciones.
El Pr. Flavio F. nos comenta acerca de los beneficios que trae, tanto para la Iglesia como para los líderes, el tener una hoja de ruta, que sirva de orientación para lograr una alimentación espiritual adecuada para cada persona que oiga un sermón cada domingo.
Yo diría que las predicaciones mensuales se preparan con una anticipación de tres semanas, más o menos. Pero lo que nosotros tenemos es un Calendario Anual de énfasis que queremos dar cada mes en la iglesia. Eso ya se elabora con un año de anticipación o, mejor dicho, en noviembre o diciembre del año anterior. Después todos los meses ya tienen sus énfasis, sus textos bíblicos y los temas que quisiéramos tocar.
Todo el proceso empieza con el equipo pastoral, más o menos hacia fines de cada año. Conscientemente nos metemos en un tiempo de oración, en la búsqueda de un énfasis para el próximo año y de un texto bíblico que será lema para todo el año. A partir de ahí desglosamos los temas que vamos a enfocar en los meses siguientes del próximo año. El gran trabajo es preparar cuál será el énfasis de cada mes, en qué vamos a enfocarnos, etc. Posterior a eso, una vez que se tenga esa plantilla o esa estructura de los énfasis de cada mes, se vuelve más fácil. Cada segunda semana del mes nos reunimos para mirar qué tenemos en el mes siguiente, qué énfasis, quiénes van a predicar, cuál es el tema, y a partir de ahí se desglosa nuevamente.
Nos ha traído una gran tranquilidad, en el sentido de saber un poquito cómo vamos a direccionar todo el énfasis de nuestras predicaciones en la iglesia. Nos ha traído mucha tranquilidad también en el sentido de no tener esa tensión de que “qué vamos a predicar el próximo domingo”. Nos evita un poco muchas improvisaciones en la iglesia. Vemos que es muy beneficioso también para la iglesia, porque quiérase o no, las predicaciones no solamente hay que entender como un aspecto de motivación para la vida del creyente. Las predicaciones, fundamentalmente, son recursos pedagógicos que Dios tiene para instruir a su Iglesia. En ese sentido vemos que ahí se vuelve muy beneficioso cuando uno tiene por lo menos una hoja de ruta de por dónde quiere avanzar cada año.
Fundamentalmente creo que se evita la improvisación. En algunos círculos creo que van a asumir que eso es la ventaja, porque se da libertad al Espíritu Santo y el Espíritu es el que guía. Está bien, yo comparto plenamente, depende mucho también de las características de una iglesia. Lo único que yo sé, es que los hermanos aprecian mucho cuando ven la dirección que va tomando su iglesia, cuando esto se comunica con anticipación. Por otro lado, es algo muy interesante que con eso se evita que los predicadores disparen para cualquier lado con la predicación. Porque con esta agenda, con este calendario vos de alguna manera le condicionás al predicador: “Mirá, tenés que reflexionar sobre ese tema, orar y prepararte sobre ese tema, en este libro o en este pasaje”, ahí es donde se enfoca. Y yo creo que le facilita también al predicador al tener una orientación clara de qué es lo que debe buscar para las predicaciones.
Yo creo que nuestro Dios no obra por casualidades, siempre decimos que Él es un Dios que guía, que orienta. Justo en este mes nosotros estamos enfocando los hechos del Espíritu Santo en el Libro de los Hechos de los Apóstoles y eso nosotros planificamos en noviembre-diciembre del año pasado. Y justo en este tiempo también el Señor nos dio la oportunidad de irnos a un congreso donde se enfatizaba este tema. Y al volver nosotros tematizados, ya nuestra predicación se torna más vivencial y vemos ahí la mano de Dios que guía y orienta.
Hemos ido aprendiendo en el camino también, porque esto tampoco es una cosa muy rígida. Hay ciertos énfasis en el año que cada iglesia me supongo tiene que dar. Mes de diciembre se enfoca el Nacimiento de Jesús, la Natividad. Por más que vos tengas un tema, hacia ahí vas a apuntar. Por lo menos nuestra iglesia es más histórica, tradicional. El Día de la Madre, las festividades de la juventud. De alguna manera eso te permite también que eso no se te escape, porque en tu cronograma de actividades de la iglesia, en cada mes estás poniendo esos énfasis que querés dar. Eso nos permite tener más tranquilidad para el desarrollo normal de la iglesia.
Es tan variado eso. En el caso de nuestra iglesia el pastor predica dos veces al mes, mayormente, salvo casos excepcionales que el predicador asignado tiene alguna dificultad y ahí es donde el pastor suple. En mi caso que soy un pastor que tiene otras actividades, que no solamente se concentra en la actividad pastoral, es muy beneficioso eso porque me hace descansar y también la alimentación espiritual y doctrinal o bíblica en la iglesia se vuelve más equilibrada. Pero yo respeto, hay pastores que predican todos los domingos, me admiro; yo no sé realmente cómo puede hacerse eso, en el sentido de cómo encontrar de una alimentación profunda y balanceada, porque no es sencilla la predicación. Pero veo también que puede ser beneficioso. Eso en el sentido de que si se tiene un pastor que está metido tiempo completo en la iglesia, y eso es lógico, que predique. En nuestro caso que tenemos varios predicadores nos turnamos, y para nosotros es muy beneficioso. También para la congregación, porque de alguna manera cada uno tiene carácter diferente y enfatiza ciertos aspectos que son más afines de su carácter, para su espiritualidad, y de eso se beneficia la iglesia.
Históricamente en el mundo protestante-evangélico siempre se ha potenciado más lo que se llama la Predicación Expositiva, en el sentido de tomar textos bíblicos o un pasaje de la Escritura e ir explicando ese pasaje y de esa explicación sacar una enseñanza práctica espiritual, ética, moral y en algunos casos hasta doctrinal. Por otro lado también, es una sospecha nomás que tengo, con la llegada del razonamiento lógico ha logrado mucha simpatía lo que se da a llamar las Predicaciones Temáticas, en donde te asignan un tema, y a partir de ahí uno, a través de un razonamiento lógico, va desarrollando el tema. Y haces que el texto bíblico te sirva como un recurso para eso. Siempre decimos que para una predicación temática, el texto bíblico, lastimosamente, se vuelve siervo del tema, a diferencia de la predicación expositiva donde es el texto bíblico lo que marca la dirección y el desarrollo de la predicación. Creo que ambas predicaciones son válidas. Quiero agregar un aspecto nuevo que estoy observando, el cual es muy utilizado en Latinoamérica y probablemente tiene que ver con el tiempo en que vivimos, en donde las Predicaciones Narrativas van asumiendo un rol muy importante y gusta mucho a la gente. Hoy en día tenés predicadores que narran, no siempre narran textos o relatos bíblicos sino narran experiencias de vida, a lo mejor de él o de otras personas. Y de esa experiencia hacen una lección doctrinal o una lección ética o una lección espiritual. Es muy bonito esto, pero hay que someterlo un poco al juicio y al escrutinio de la revelación bíblica, que es la Palabra de Dios. Pero gusta mucho, a todos nos gusta y nos encanta escuchar los cuentos, los relatos de vida, nos apasiona, engancha mucho. Pero tiene esa peligrosa realidad de que hay que ver un poco cuán bíblico puede resultar un relato que se aprovecha como base de un sermón. Los testimonios poco hoy se usan, para mensajes. Nosotros conscientemente a veces hacemos un esfuerzo, y veo que realmente son muy útiles y hablan mucho de nuestro Dios a las personas.
Se aplican todos, aunque en un menor nivel el tema de la narrativa, yo veo que nos cuesta mucho narrar. No todos sabemos contar historias y, probablemente, nos inhibe subir al púlpito y contar historias por el tipo de iglesia que somos. Es diferente en las iglesias de corte pentecostal, que ya tienen ese estilo desde siempre, que la persona que sube, narra, cuenta y en medio de su narración nos hace ver cómo Dios, el Espíritu Santo interviene en la vida de ellos, y es muy edificante eso. Pero nosotros tenemos todavía mucho que aprender probablemente.
Creo que hay que ser muy sensibles. Si bien nosotros tenemos todo elaborado o preparado, ciertos hechos puntuales que ocurren en la sociedad o en la vida de la iglesia deben ser tomados muy en cuenta para que el predicador de ese domingo los enfoque y los trate, aunque en su tema probablemente no es ese el fin o el objetivo. Pero el buen predicador siempre va a encontrar la vuelta para aprovechar esa realidad. Por otro lado también es una realidad que si de repente ocurre una situación critica en la vida de la iglesia, pues se deja la agenda y se enfoca ese tema y se habla y se instruye y se trata de guiar a la iglesia en ese punto. De eso hay que ser muy consciente y cuidadoso. Lo que realmente la agenda nos da es que nos facilita el trabajo, pero no es la última palabra que debe determinar la vida de la iglesia.
Sí, nosotros conscientemente enfocamos eso cuando planificamos. Por ejemplo, en este año estamos a través de todas las predicaciones enseñando acerca de la doctrina del Espíritu Santo.
La recomendación que yo tengo es que ocasiones especiales son buenas oportunidades para que también los hermanos desarrollen sus dones y talentos. Esto nos ha dado buenos resultados. Las ocasiones especiales, ya sean Día de la Madre, Día del Padre, Día del Niño, Navidad, etc., hay que formar un grupito de trabajo y encargarles a ellos la responsabilidad de organizar, inclusive las predicaciones. Realmente esto nos ha dado buenos resultados. Vemos que la gente crece espiritualmente a través de ese tipo de servicio. Tiene la posibilidad de desarrollar ciertos dones y ahí van …. ciertas habilidades que tiene la persona que después uno puede ver y los puede poner también a disposición del Señor. A nosotros nos ha dado muy buenos resultados que las ocasiones especiales derivamos a un grupo de hermanos que se ocupan de eso.
Quiero animar a los pastores. Elaborar un esquema anual es un arduo trabajo, pero el arduo trabajo inicial te facilita el trabajo durante el resto del año, y a nosotros nos ha traído mucha bendición.