«Si experimentas cansancio emocional, te animo a analizar tu situación financiera. ¿Será que tu deuda te golpea, te aprieta y te pesa? ¿Será que tu deuda es la causa de las muchas discusiones que estás teniendo con tu cónyuge? En tal caso, haz algo. Con la deuda financiera no es muy diferente que con la culpa espiritual. No hay soluciones a medias. Se requiere de mucha valentía, de mucho coraje para tomar las medidas radicales que sean necesarias. Te animo a que seas valiente. Que tus finanzas no te estrangulen, sino que sean un medio para mejorar la calidad de tu vida.»