El grupo pequeño y la variedad temperamental
Todas las personas presentan una combinación entre los siguientes temperamentos: sanguíneo, colérico, melancólico y flemático. Generalmente predomina uno y determina, además del carácter, nuestra personalidad. Recordemos algunas características de cada uno:
- El colérico es la acción personificada y el líder nato. Es productivo, orientado a metas y proyectos. Debilidades: sarcasmo, manipulación, insensibilidad.
- El sanguíneo maneja por excelencia el arte de disfrutar la vida. Es súper-extrovertido, buen orador, entusiasta y optimista. Debilidades: indisciplina, desorganización, humor cambiante, egocentrismo.
- El melancólico integra capacidad analítica y reflexiva. Es perfeccionista, detallista, puntual, autodisciplinado, confiable. Debilidades: estándares irreales, pesimismo y criticismo.
- El flemático es la tranquilidad en persona. Es diplomático, planificador y tiene buen sentido del humor. Debilidades: desmotivación, terquedad e inercia.
¿Todos en un mismo grupo?
Ahora bien, ¿es factible que cuatro temperamentos tan distintos pueden reunirse como célula y salir mutuamente edificados? ¡Sí!
Todos los temperamentos son una invención divina, poseen el mismo valor y presentan fortalezas y debilidades. Concuerdo con Tim LaHaye: “La variedad de fortalezas existentes en los cuatro tipos temperamentales mantiene al mundo [y a la iglesia] funcionando”1. Pienso que apunta en la misma dirección que Pablo en 1 Co 12.6-7.
Cómo hacer que funcione
Algunos consejos prácticos para que las reuniones del grupo pequeño sean interesantes para todos:
- Rotar el liderazgo del grupo y/o de los encuentros. Personalidades diferentes requieren un estilo de liderazgo diferente.
- Motivarles según su temperamento. El colérico se motiva al presentarle desafíos. El sanguíneo necesita un espacio para compartir pensamientos y sentimientos, y ser reconocido públicamente. El melancólico necesita indicaciones claramente definidas, tiempo para reflexionar y compartir sus observaciones. El flemático es motivado al poder cooperar con otros en un espacio amigable y estable.
- Variar las formas de estudio bíblico y las actividades.
- Cuidar que no solamente 1-3 personas (sanguíneos y coléricos) dominen la conversación.
- Planificar con anticipación los encuentros —importante para los melancólicos y flemáticos— y recordarles el día anterior (ayudará al sanguíneo a estar presente).
- Trabajar en la confidencialidad. Temperamentos introvertidos (melancólicos y flemáticos) necesitan esta seguridad para “abrirse”.
- Realizar un test de personalidad. Concientizar los diferentes temperamentos, sus características particulares, fortalezas y debilidades puede ser una gran ayuda.
- Conversar gustos, disgustos, preferencias y expectativas.
Sugerencias específicas
- Señor sanguíneo: Lo necesitamos. Usted es el “alma de la fiesta”. Pero, no hable en exceso. Los demás también tienen algo importante que decir.
- Señor colérico: No imponga sus opiniones. Sea sensible a las necesidades ajenas. No nos sobrecargue con actividades. Pida perdón.
- Señor melancólico: Hable un idioma sencillo. Critique menos. Confíe en que los otros harán satisfactoriamente las tareas y aportarán algo pertinente.
- Señor flemático: Incentive la armonía grupal con su humor, imparcialidad, e involúcrese activamente.
Problemas evitables
Inconvenientes que pueden surgir al omitir la “variedad temperamental”:
Algunos pocos dominan las conversaciones y actividades, sobrepasando así a los demás.
Mayor grado de ausentismo.
Frustraciones, malentendidos y resentimientos.
Conclusión
Grandes diferencias, mayor potencial de conflictos, pero más oportunidades de enriquecimiento.
Referencias:
T. LaHaye. Manual del temperamento: Descubra su potencial. Unilit (Pág. 46).
Este artículo fue publicado originalmente en Junio del 2016, edición #125.