Desde el principio de la historia de la humanidad con Dios vemos que Dios mismo siempre tuvo el interés de relacionarse cercanamente con el ser humano y también la gran necesidad del hombre de este relacionamiento, pues solamente estando unidos con nuestro creador estamos plenos y llenos. Y al hablar de una relación del ser humano con Dios se debe resaltar que uno de los privilegios más grandes que Dios nos ha dado en su gracia es el de ser hijos de Él y poder llamarle Padre.
A lo largo de la Biblia podemos ver cómo Dios ha actuado con sus hijos y especialmente en el Evangelio de Juan se nos describe esa relación tan cercana de Jesús con el Padre mostrándonos qué clase de Padre tenemos en Dios. La clave de nuestra relación de Padre-hijo con Dios es Jesús, así como dice en Juan 1:12: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”. Este versículo toca tanto mi corazón pues en mi experiencia personal nunca tuve la oportunidad de tener un padre terrenal, crecí sin mi padre y es por eso que el poder experimentar a Dios como Padre tiene un significado muy especial en mi vida. Cuando le acepte a Jesús en mi vida pude encontrarle al Dios Padre y eso ha sido una de las dichas más grandes de mi vida porque pude experimentar lo que dice en el Salmo 27:10: “Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo Jehová me recogerá”. Dios en su gran amor nos hace partícipes de su mesa y nos hace miembros de su familia como hijos de Él así como dice en 1 Juan 3:1: “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios”.
Características de Dios como Padre
- Es un Padre cercano: Dios no es un padre lejano y que no se involucra en las diferentes áreas de nuestra vida sino que es un Padre cercano con quien podemos formar una relación de amistad e intimidad de Padre e hijo. Jesús mismo nos mostró ejemplo de cómo Dios es un Padre cercano ya que en Juan 17:21 vemos que Jesús declara que Él es uno con el Padre y en su oración dice a Dios: “Abba Padre” lo cual indica una profunda cercanía, sumisión y obediencia a nuestro Padre celestial y de esa manera también nosotros podemos ser uno con Él y clamar “Abba Padre” por medio de su Espíritu (Romanos 8:15).
Todo esto significa que Dios es un Padre que se interesa por nuestras vidas y está involucrado en todo lo que está pasando en nuestro día a día. Él es un Padre que es cercano y que nos invita a llevar todas nuestras cargas a Él y entregarles nuestras vidas; Él nos acompaña en nuestro caminar diario.
- Es un Padre sustentador/proveedor: Dios es un Papá que nos sostiene, nos fortalece, nos acompaña y nos provee todo lo que necesitamos pues Él ya sabe cuáles son nuestras necesidades antes de que se lo pidamos. Esto era lo que Jesús recalca en Lucas 12:30 cuando decía a sus discípulos para que no se afanen por las cosas necesarias en sus vidas, sino que se enfoquen en buscar el reino del Padre y esto lo recalca como una forma de decir “tranquilos, su Papá sabe cuáles son sus necesidades y Él las suplirá”.
Así como un padre de familia se preocupa y se encarga de poner el pan de cada día en la mesa para los hijos, de la misma manera es Dios con nosotros pues todo lo que tenemos es proveído por Él. Nos sustenta y cuida proveyéndonos todo desde nuestras necesidades básicas hasta las necesidades espirituales.
- Es un Padre perdonador/amoroso: una de las características más grandiosas de la muestra de gracia de nuestro Padre celestial es como nos perdona y ama a pesar de nuestros errores y nuestras debilidades, esto me hace recordar a un Salmo que dice: “Como el padre se compadece de los hijos, así es Jehová con los que le temen”. Dios es un Padre paciente esto se puede ver desde tiempos antiguos en donde con el pueblo de Israel extendió su misericordia, esto ha llegado en su máxima expresión en Jesús ya que Él envió a Jesús por amor a nosotros para que podamos ser redimidos, perdonados y poder ser hijos del Padre.
Cultivemos nuestra relación con nuestro Padre celestial y que la relación de Jesús con el Padre sea un ejemplo para nosotros. Tenemos un Padre que nos ama tanto que nos perdona en Cristo y nos invita a acercarnos al trono de la gracia. Aprovechemos la dicha de tener un Padre celestial que suple todas nuestras necesidades y que nos ama incondicionalmente.