El acto de amor más grande, se hizo realidad en la encarnación: Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros para luego entregar su vida por la humanidad. Pero, ¿por qué eligió Dios tomar forma humana? ¿Qué implicancias tiene hoy en día esto en nuestras vidas? ¿Qué enseñanzas podemos rescatar de la venida del Hijo de Dios al mundo en forma de un niño? ¿Está presente Dios entre nosotros hoy día? Acerca de estas y otras cuestiones conversamos con el Dr. Martín Eitzen en nuestra entrevista principal de este mes, en el cual millones de personas recordarán el nacimiento de Jesús en Belén.
¿Con qué propósito fue que Dios se hizo hombre?
Según la Biblia, Dios se hizo hombre para redimir de esta forma a la humanidad, esta es la formulación teológica, pero de repente nos preguntamos: ¿No lo pudo hacer de otra manera? Yo creo que Dios se hizo hombre para que nosotros los seres humanos veamos cuál fue su intención primaria de cómo el ser humano debía vivir. Él creó a los seres humanos, pero ninguno cumplió su plan. Entonces, él mismo se hizo hombre y vivió entre nosotros, mostrándonos –como dice la Biblia- su gloria, y cuando escuchamos gloria siempre pensamos en algo sobrenatural. Pero creo que simplemente estuvo entre nosotros como uno más pero viviendo en perfección.
A mí siempre me llama la atención cuando la Biblia dice que Jesús fue tentado como todos nosotros, en todo, pero no pecó. Entonces, significa que, teóricamente, es posible vivir sin pecado. Pero nos cuesta demasiado.
Pablo lo explica así: que como por un hombre entró el pecado en el mundo, por un hombre tenía que venir la salvación. Entonces Dios se hizo hombre en Jesús, justamente para sacar el pecado del mundo, para salvar a la gente del pecado.
¿Por qué era necesario que tomara forma humana, no solo hacerse hombre sino pasar por todas las etapas de crecimiento y las experiencias humanas?
Creo que es justamente para sacarnos esa excusa de que nosotros no podemos vivir mejor porque no somos Dios. Y mucha gente, incluso cristianos, no piensan que Jesús realmente fue hombre. Piensan que él estaba a medio metro encima del suelo. Nos sentimos mucho más identificados con gente como Pedro, quien pecó, con David, que metió la pata. Pero con Jesús nos cuesta mucho, porque no tuvo pecado. Justamente eso es lo que la Biblia nos quiere mostrar: cómo una persona puede vivir en medio de la humanidad de otras personas y ser sin pecado.
Considero que esta es la razón de que se hizo hombre, para que nosotros nos quitásemos esa idea que la gente de esa época tenía: “Están los dioses y estamos nosotros, pero entre ambos no hay ninguna conexión”. Y Dios vino hacia el hombre, que es diferente a las religiones, donde los seres humanos todo el tiempo tratan de apaciguar a sus dioses. Y el Dios de la Biblia es el que viene hacia el hombre, se acerca a él y vive entre ellos, nace en un lugar sucio, simplemente para decir que es uno de nosotros, y que vino también para la gente más desprestigiada, más desposeída, más pobre. Porque esa era también otra diferencia con las religiones. Lo que sucedió en Belén marcó un contraste enorme con las religiones que estaban en ese momento en auge. Que Dios decida venir y no viene a un palacio sino que viene entre la gente pobre, es algo inédito. Nosotros nos hemos acostumbrado, porque durante 2.000 años lo hemos escuchado. Hoy en día incluso pensamos: “En dónde iba a nacer si no era en un establo”. Pero para la gente de aquella época, incluso para los reyes magos, que dicho sea de paso no eran reyes sino magos, que dónde buscaron a Jesús, en un palacio. Allí empezaron porque para ellos era lo más normal y lógico para ellos. Pero ahí no estaba.
¿En qué le beneficia hoy a una persona común y corriente esta iniciativa divina de venir y hacerse hombre? ¿Lo que Él hizo es para todos?
En primer lugar, esta es la forma en que Dios decidió salvar a la humanidad. No hay salvación sino a través de Jesús. Si Jesús no hubiese venido, estaríamos todavía sacrificando animales, como se hacía en el Antiguo Pacto.
Pero el mayor beneficio es espiritual. Esta es la forma que Dios escogió para salvarnos. Pienso que hay un beneficio moral también en todo esto, que Jesús se puso a sí mismo como ejemplo para nosotros. Una vez por lo menos él lo dice a sus discípulos: “Ejemplo os he dado, para que así como yo hago ustedes también hagan”, cuando se refiere al lavamiento de los pies. Pero creo que se aplica a todo. Considero que en todo él entendió que era un ejemplo para los seres humanos. Jesús participó de todas las actividades diarias de la gente. Como yo no dudo que la Biblia tenga razón, si dice que lo hizo sin pecado, así es. Era una persona que conscientemente vivía en la presencia de su Padre, cosa que nosotros muchas veces no hacemos. Recién nos acordamos de Dios cuando hemos pecado y la conciencia nos acusa. Jesús, sin embargo, vivió conscientemente en la presencia de Dios y por eso Dios también dice: “Este es mi hijo en quien tengo complacencia”. El beneficio para cualquier persona está en lo espiritual, la salvación. Segundo en lo moral y ético. Tercero o no sé en qué lugar, hasta en lo económico. Él se sacrificó a sí mismo por nosotros y nosotros hoy en día ya no tenemos que hacer sacrificios de animales.
¿Cuáles son las consecuencias de ignorar a Dios y su obra por nosotros?
La Biblia también ahí es bastante clara: El que desprecia lo que Dios ha hecho por nosotros, vivirá con las consecuencias. Despreciar la obra que Jesús ha hecho por nosotros significa separación de Dios en esta vida y en la vida eterna también.
La persona a quien no le va ni le viene lo que Jesús hizo por nosotros, es desde mi punto de vista, una persona que vive sin sentido la vida, pues mi vida recién cobró sentido cuando yo se la entregué a Cristo. Puede ser una persona que tenga todo, una persona rica, pero sabe que en algún momento le llegará también el tiempo de partir de esta tierra, y ahí es donde las papas queman o donde las cosas cuentan: qué hicimos en la vida y cómo vivimos sin Jesús.
Obviamente, una persona puede decidir vivir sin Jesús, es una decisión de cada uno. Pero es una vida sin sentido en esta vida y alejada de Dios en la eternidad. Eso yo no deseo para mí ni para otra persona.
¿Qué nos enseña la encarnación de Cristo en cuanto al carácter de Dios y a sus propósitos?
Nos enseña que Dios no busca el camino más fácil. Entre los teólogos hay mucho debate acerca de que si Dios es soberano, podría haber decretado sacar el pecado del mundo, buscar la forma más fácil. Pero nosotros nunca vamos a entender todo de Dios.
Yo no sé si él podía haber hecho de otra forma o no. Pero Él decidió jugar por sus propias reglas, las que Él estableció. Y la única forma de salvar a la humanidad era sacrificar algo perfecto, que era Él mismo o en la forma de su hijo. Cuando hablamos de Dios, tenemos que pensar en la Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Así como se explica bien en Juan (la Biblia), el Padre envía a su único hijo y ve como la humanidad que Él creó y a la cual Él ama, le maltrataba a su hijo. Me imagino a veces a Dios Padre sentado allá arriba y viendo cómo la gente maltrataba a su Hijo. Él tuvo que escuchar cuando su propio Hijo le ruega que la copa pase de él, y Él no le pudo hacer el favor, cosa que todos los padres humanos nos duele cuando leemos, porque sabemos el sentimiento que un padre tiene cuando su hijo le pide algo y mucho más cuando se trata de dolor y agonía física.
Él, como es un Dios santo, tuvo que darle la espalda a su propio hijo cuando todo el pecado del mundo estaba sobre él. Pero también después Él pudo mostrar su poder y resucitar a su hijo de entre los muertos.
Para mí, es una historia épica. Es algo tan inédito. No me sorprende que al principio los judíos no pudieran creerlo, porque nunca nadie se podría haber imaginado algo así. Aparte del profundo significado teológico que tiene que la salvación de la humanidad fuera de esta forma. Podemos decir que él le dejó knockout hasta el propio diablo. Porque si él simplemente hubiera cambiado las reglas de juego, el diablo podría haber dicho: “Bueno, así cualquiera. Porque sos el más poderoso, cambias las reglas”. Pero Dios decidió jugar por sus propias reglas, y vencer así a satanás y salvar a la humanidad, por lo menos ofrecer el perdón de los pecados a todos aquellos que quieran aceptar este regalo.
En forma práctica, ¿de qué manera podemos honrar lo que Jesús hizo por nosotros?
Siempre me llama la atención que las primeras noticias del nacimiento de Jesús fueron llevadas a gente que nosotros consideramos un poco fuera de la sociedad. Yo creo que Dios tuvo un plan incluso en eso. Jesús nació en un establo, en lugar pobre, no en palacio. Y los ángeles parece que no tienen mejor idea que cantarle a los pastores que estaban en el campo. Los pastores eran gente despreciada por la sociedad. En la corte, la palabra de un pastor valía la mitad de lo que valía la palabra de otro hombre. En vez de anunciarle el nacimiento al intendente de Belén, los ángeles van a darle la serenata a los pastores.
No solamente eso, a los magos del Oriente. Ellos eran magos y en Israel la magia estaba prohibida. Sin embargo, parece que Dios así como hizo con la muerte de su hijo cuando se rasgó el velo del templo y le dio acceso a todos. Yo interpreto que Él dice: “Yo le mando mi hijo a esta tierra y todos tienen acceso. Ahí están los pastores, que normalmente no pueden entrar en un templo, ahí están los magos, que ni siquiera pueden formar parte de mi pueblo, y yo me manifiesto a ellos”.
Lo más interesante es que esa es la gente que escucha y esa es la gente que cree.
Los judíos mismos que estaban en Belén, ni se dan por enterados. Herodes y su gente en Jerusalén, no sabían que había nacido el Rey. Los magos vienen de lejos y no preguntan si es cierto que nació Jesús, sino solamente dónde está. Y cuando ellos llegan frente a Jesús, que tenemos que suponer que ya tenía más o menos un año, hacen lo que cada persona debería hacer, y mucho más los judíos: se arrodillaron delante de Jesús y adoraron. Eso a mí me conmueve. Esa era gente politeísta, que tenía un oficio prohibido en Israel, gente que hacía algo que un verdadero cristiano no debería hacer. Dios en vez de decir, ustedes no entran, hace justo al revés. Abre todo para que todas las personas, de todos los pueblos y de cualquier profesión le conozcan. Y la vida de Jesús sigue así. Toda la gente despreciada y en necesidad viene junto a Jesús.
Yo creo que Jesús conscientemente se rodeó de gente no importante. Él vino para ellos, también para la gente importante, pero para la gente importante todos vienen. Para la gente no importante, quién viene: fue Jesús quien escogió hacerlo.
¿Está Dios presente hoy entre nosotros? ¿Cómo se manifiesta su presencia?
Dios está presente a través de su Espíritu Santo que vive en los creyentes, aquellos que reciben a Cristo. Está presente a través de ángeles, que no son necesariamente seres alados que vuelan por ahí sino que son simplemente los mensajeros de Dios. Aunque pueden ser seres sobrenaturales, también pueden ser simplemente seres humanos.
Y Jesús mismo dijo en qué forma le vamos a encontrar. En Mateo 25 y 26 donde habla del juicio final dice: “Yo estuve en la cárcel, estuve enfermo…y todo lo que hicisteis por mis hermanos más pequeños, por mí lo hicisteis”. Dios está presente en muchas formas. Nosotros no lo vemos así.
Cuando viene alguien a nuestra casa a pedir algo, lo vemos solo como un mendigo. Cuando los chicos en el semáforo quieren limpiar el vidrio, para nosotros es una molestia, no pensamos que es Jesús. Cuando visitamos gente en la cárcel, son delincuentes para nosotros, no pensamos que es Jesús.
Dios vive entre nosotros pero yo creo que, así como en aquella época mucha gente no se percataba de esto, hoy en día muchas veces no vemos en qué forma Dios se manifiesta y de qué formas quiere encontrarse con nosotros en la vida diaria.
Este artículo fue publicado originalmente en la revista La Fuente, edición 85.