El beneficio pastoral de los grupos pequeños

 

Los grupos pequeños fomentan el cuidado del rebaño 
Algunos pastores no trabajan con grupos pequeños debido a que desconocen cómo funciona el sistema. Igualmente, hay pastores que trabajan con grupos pequeños pero han llegado a verlos casi como una carga, un programa más que llenar en la agenda ministerial. Pero los pastores que conocen las verdaderas ventajas de los grupos pequeños, pueden ver sus ministerios bendecidos por ellos.

Los grupos pequeños en el ministerio de Pablo
Los grupos hogareños formaron parte del ministerio del apóstol Pablo.
Normalmente no somos conscientes de esto, aunque hayamos leído pasajes como este: “Saludad a los hermanos que están en Laodicea, y a Ninfas y a la iglesia que está en su casa” (Colosenses 4.15).
El apóstol Pablo reconocía las iglesias en las casas, con sus respectivos líderes, a quienes consideraba sus colaboradores en la extensión del evangelio. En Romanos 16 saluda a muchos de ellos, entre los cuales aparecen Aquila y Priscila (vv. 4, 5).

Los grupos pequeños, ayer y hoy
Estas pequeñas iglesias en las casas han caracterizado al Cristianismo desde sus comienzos y han aportado en el inicio de trabajos misioneros de denominaciones con grandes templos y cantidad de miembros, frutos de este sencillo método de trabajo en el reino de Dios. Los grupos pequeños han contribuido eficazmente en el crecimiento de las congregaciones que han adoptado este sistema, y se han convertido hoy en día en una necesidad para muchos pastores en la tarea del discipulado. En esta serie compartiremos las ventajas de los grupos pequeños dentro de la visión de una iglesia en crecimiento. Muchos lo llaman células, otros barcas, grupos hogareños, grupos de crecimiento, etc. Sea el nombre que haya adquirido, las funciones son las mismas, y en su desarrollo dejan frutos que iremos describiendo, para identificar las principales ventajas que esta antigua metodología ministerial ofrece al ministerio pastoral.

1. Permite el surgimiento de nuevos líderes 

 2. Ofrece mayor oportunidad de contacto unos con otros

Una de las dificultades en los cultos dentro del templo, es la ocasión de saludarnos y compartir unos con otros, incluyendo al pastor. Esto se debe a la cantidad de personas que asisten a los programas. Sin embargo, en los grupos pequeños dentro de las casas con 12 a 15 personas, el contacto se vuelve accesible, tanto para el líder como para los asistentes.

En un culto en el templo, la interacción entre el líder predicador y la congregación durante el mensaje de la palabra es casi nula, debido a la estructura del programa, pero en los grupos pequeños todos tienen la oportunidad de aportar ideas, preguntas, leer versículos y colaborar con alguna experiencia o comentario para enriquecer la exposición del mensaje.
Además, en los grupos pequeños existe la ventaja de orar unos por otros, como parte del programa de la reunión.

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