La comunicación; forma parte fundamental del día a día de cada persona. Aunque el ser humano ya desde el primer momento de su vida se comunica, necesita desarrollar la comunicación constantemente para crecer en sus habilidades comunicativas. Según una fuente de internet, alrededor de 60% de la actividad diaria tiene que ver con la comunicación (Comunicación, s.f.). Cada persona debe estar consciente de que en la comunicación hablada influyen por lo menos tres diferentes factores.
En el proceso resolución de conflictos la comunicación ha llegado a ser una parte indispensable. ¿En qué radica su importancia? ¿Cuál es su valor? ¿Cuáles son los beneficios de la comunicación en la resolución de conflictos? ¿Cuáles son sus limitaciones? La presente investigación pretende dar respuestas a tales preguntas, presentando en el primer capítulo una perspectiva científica, en el segundo una perspectiva bíblica y, por último, una guía sobre cómo aplicar los principios de la comunicación.
Comunicación – lo que dice la ciencia
El Análisis Transaccional es una teoría de la personalidad y de las relaciones humanas. Prolongación del psicoanálisis, se interesa en la parte consciente y preconsciente de nuestra personalidad y nos ofrece un método concreto que nos permite comprender y cambiar lo que vivimos y sentimos en las relaciones con los demás. – Eric Berne. (Serra, 2019)
En su acepción más amplia el término se usa en el plano biológico, ecológico, etnológico, etológico y humano para indicar ese intercambio de mensajes que abarca desde los organismos unicelulares a los animales, a las máquinas y al hombre, cuyos modos comunicativos se estudian, según la forma, la función y el destino, por la psicología, la lingüística, la sociología, la teoría de la información y la cibernética. (Galimberti, 2002, pág. 218)
“El término designa cualquier estado antagónico entre dos o más partes, o en el individuo mismo, como consecuencia de la contraposición de intereses, valores o puntos de vista.” (Egg, 2016, pág. 50).
La comunicación es uno de los procesos humanos más complejos y más importantes. Es un proceso que permite al hombre el intercambio de informaciones y establecer relaciones con otras personas. Por eso, la comunicación es un proceso dinámico y sistemático, con el fin del entendimiento de los mensajes en la comunicación, el establecimiento de posturas y opiniones. (Comunicación, s.f.)
Además, la comunicación es un proceso que utiliza el hombre para satisfacer las necesidades de estar en contacto con las demás personas, usando los diferentes métodos de la comunicación y los diferentes tipos. Los elementos más importantes en la comunicación son; el emisor, el mensaje, el receptor, el código, el canal de comunicación, el contexto y la retroalimentación (feedback del receptor, es decir, la respuesta al mensaje). (Morales, 2020)
Gracias a diversos avances en la tecnología y en la investigación de la comunicación, ya existen formas de comunicarse con todo tipo de gente con discapacidades visuales, auditivas u orales también. Además, gracias a la comunicación en las redes y los distintos métodos de la comunicación, las personas pueden estar en contacto continuamente. Pero para que una persona sea realmente capaz de comunicarse correctamente, debe poseer diferentes habilidades básicas de la comunicación. Estas habilidades son la escucha activa, empatía, validación emocional, lenguaje no verbal, resolución de conflictos, negociación, el lenguaje verbal, leer, escribir, respeto, la capacidad de persuasión, y la credibilidad. (Allen, s.f.)
La comunicación puede ser clasificada según diferentes tipos. Una clasificación es la comunicación según el número de participantes. Existe la comunicación individual, colectiva, intrapersonal, interindividual, intergrupal, intergrupal y la comunicación masiva. (Corbin, s.f.)
Otra clasificación es la comunicación verbal y no verbal;
Se caracteriza por la palabra hablada o escrita entre dos o más personas. Como fin tiene el intercambio de informaciones, opiniones y sentimientos. Este tipo de comunicación es el más usado. El saludo, la entrevista, la carta para la abuela, el tablero de avisos en la puerta de la tienda, el correo electrónico y mucho más. La comunicación verbal se divide nuevamente en; la comunicación oral y la comunicación escrita. La primera incluye todo lo que son palabras habladas, sonidos fuertes o llantos y risa. La comunicación escrita, entonces, son todas las palabras escritas por códigos. Interesantemente, la comunicación de tipo escrito se desarrolló por casi todo el tiempo de la historia humana, por tanto, también está en constante cambio y es posible que se modifique.
1.2.2. La comunicación no verbal
En esta clasificación de comunicación entra todo lo que no son signos lingüísticos o sonidos, sino el lenguaje expresado corporalmente, por posturas, miradas, expresiones faciales y todo lo demás, que se relaciona con los sentidos; oído, olfato, vista, tacto y gusto. Esto también es conocido como la comunicación según el canal sensorial. La comunicación no verbal, según situación, puede ser inconsciente como también puede ser confusa para el receptor, cuando no interpreta correctamente el mensaje que expresó el emisor. La comunicación no verbal puede complementar el mensaje de la comunicación verbal, como por ejemplo el apretón de la mano como parte del saludo. Tiene una tradición de historia más larga y antigua, que la comunicación verbal, porque existe desde el momento cuando inició la humanidad. La comunicación no hablada siempre acompaña a la persona y es importante saber interpretar estos mensajes correctamente. No basta solo manejar la comunicación verbal. (Morales, 2020)
El Análisis Transaccional se considera como un sistema de psicoterapia individual como también grupal, fundado por el psiquiatra Eric Berne, quien nació en 1910 en Montreal Canadá. En el año 1935 obtuvo el título de médico y cirujano. Dos años más tarde, la licenciatura en Psiquiatría. La formación de Berne fue sumamente psicoanalítica, porque fue estudiante de Erik Erikson y Paul Federn. En 1961 publicó el libro Análisis Transaccional en Psicoterapia, elaborando su modelo de los Estados de Yo junto con la teoría de las transacciones, con el fin de explicar cómo el hombre actúa, por qué actúa de tal manera, por qué comete los mismos errores, cómo piensa y cómo se siente. Unos años más tarde de la publicación, fundó la Asociación Internacional de Análisis Transaccional (ITAA) para profundizar los desarrollos en esta área. (Serra, 2019)
1.3.1. Los principios filosóficos
Debido a que el Análisis Transaccional se basa en el humanismo, tiene como lema “Todos estamos bien”.
Eric Berne, para fundamentar los siguientes principios filosóficos, dijo:
Todos nacemos bien, todos nacemos príncipes y princesas. Todos tenemos un cierto potencial humano que podemos desarrollar. Yo soy responsable de mi vida y decido, para bien o para mal, lo que es bueno para mí y lo que hago con ella. Todo el mundo (con solo algunas excepciones, como los graves daños cerebrales) tiene la capacidad de pensar. La gente decide su historia y su destino, y estas decisiones se pueden cambiar. En resumen, todos podemos cambiar en pos de la autonomía y tenemos los recursos necesarios para hacerlo. El objetivo del cambio en el marco del Análisis Transaccional es avanzar hacia la autonomía (la libertad del guion de la infancia) la espontaneidad, la intimidad, la resolución de problemas en lugar de evasión o pasividad, la curación como un ideal, no limitarse a hacer el progreso, el aprendizaje de nuevas opciones. (Serra, 2019)
1) Todos estamos bien: el propósito de este principio es darle valor a la persona y el amor que merece. Sostiene que la persona puede estar en desacuerdo con la opinión del otro, pero la esencia humana no debe ser cambiada por eso.
2) Todo el mundo tiene la capacidad de pensar: este principio aclara que cada individuo es capaz de tomar decisiones de forma autónoma, de las cuales es responsable. Ya que el individuo es libre y no depende de los demás, tiene la capacidad de tomar responsabilidad de su propia vida y su felicidad.
3) Las personas tienen la capacidad de cambiar y redecidir sus vidas: existen ocasiones en la cuales la persona actúa de manera incorrecta o se siente mal. Esto se debe a que el hombre revive situaciones de su infancia o reproduce maneras de conducta que aprendió como niño. Es decir, actúa según su Guion de Vida, según las primeras decisiones que tomó en su vida. Estas ocasiones causan sufrimiento, por eso, según el tercer principio, es importante iniciar juegos psicológicos que lo retroalimentan. (Serra, 2019)
El Análisis Transaccional es un sistema de conjunto de herramientas conceptuales y prácticas que se usan, para promover el crecimiento personal y el cambio de la personalidad del individuo. Para llegar al bienestar total en el desarrollo de la personalidad, el Análisis Transaccional es una terapia de ayuda práctica para alcanzar el máximo esfuerzo y potencial.
El Modelo del Estado del Yo se divide en tres etapas o estados. Estos son; padres, adultos e infantiles. Berne considera, que cada persona tiene estos tres estados del Yo, pero es la responsabilidad de cada uno, que estos se desarrollen de la manera correcta. (Guerri, 2019)
Se caracteriza por los pensamientos, sentimientos y conductas que se aprenden en el transcurso de la vida y se aplican de manera autoritaria. Este estado se considera como apoyo o crítica.
El segundo estado del Yo se identifica por el razonamiento y estado realista. Por eso, vive en el “aquí y ahora” y el individuo no está influenciado por el pasado.
Como el estado del Padre, el estado del Niño también es un conjunto de sentimientos, pensamientos y conductas que se caracterizan por ser libres y naturales. Además, es el estado de la personalidad más espontáneo e impulsivo. (Corbin, Análisis Transaccional: la teoría propuesta por Eric Berne, s.f.)
Berne observó que en las conversaciones espontáneas y los comportamientos de las personas existe una táctica de ayuda para sus pacientes que mejoraba el entendimiento. Para poder distinguir los distintos Estados del Yo, se debe poner énfasis en la práctica de observar a la actitud corporal del individuo, como también a lo que dice y cómo lo dice, porque cada estado tiene sus características particulares. (Prada, 2006, pág. 57-58).
Como ya se mencionó, cada persona tiene los tres estados del Yo, y si carece de uno, se habla de exclusión. Esta se muestra por una actitud llamativa, que puede llegar a una psicosis. Se habla de contaminación, cuando los estados se entrecruzan y están en desequilibrio. Esto se manifiesta por el prejuicio, la fobia o la obsesión. Las transacciones son todo tipo de comunicación, sea verbal o no verbal entre dos o más personas. Es de suma importancia, conocer en cuál de los estados del Yo la persona se encuentra, para que no surja la contaminación. (Prada, 2006, pág. 59) Los tres tipos de transacciones son (comparar con Figura 1):
- La simple: esta transacción ocurre cuando la comunicación entre ambas personas presenta una línea paralela entre sus estados del Yo.
- La cruzada: esta transacción surge, cuando los estados del Yo no están en paralelo, sino que se dirigen a distintos estados.
- La encubierta: esta transacción se manifiesta cuando existen dos planos de comunicación. Uno en lo social y público y el otro en lo psicológico de la persona.
Es importante tener en cuenta que los tres niveles del estado del Yo se originan en el de la niñez y este estado es el más poderoso e influyente. (Prada, 2006, pág. 59)
Comunicación – lo que enseña la Biblia
Además de la ciencia, también la Biblia presenta principios para la comunicación durante un conflicto que pueden ser muy útiles en la resolución. Ya que existe una gran cantidad de ejemplos bíblicos, a continuación, se presentarán dos de ellos. Luego, también se desarrollarán otros principios bíblicos concernientes a la comunicación.
2.1.1. Antiguo Testamento – Abram y Lot
En Génesis trece se encuentra un ejemplo de un conflicto solucionado gracias a una buena comunicación entre las dos partes del conflicto. Es la historia de Abram y su sobrino Lot, que después de salir de Egipto, vivían en las zonas del Neguev. Sin embargo, no había suficiente espacio para el ganado de Abram y el de Lot, porque ambos eran muy ricos. Esta situación causó discordias y contiendas entre los pastores de Abram y los de Lot. Se había generado un conflicto. La reacción de Abram, no obstante, es sumamente interesante y merece ser estudiada con más detenimiento.
Matthew Henry en su comentario bíblico describe la reacción de Abram de la siguiente manera: “Abram se demuestra como hombre de espíritu sereno que mandaba su pasión y que sabía como calmar la ira con una respuesta blanda.” (Henry). En vez de pelear por su propio bien, Abram escoge otra alternativa: “Entonces Abram dijo a Lot: No haya ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos.” (Génesis 13:8, RVR1960). Aunque Dios había prometido que toda aquella tierra pertenecerá a los descendientes de Abram, él prefiere resolver el conflicto que había surgido entre él y Lot, utilizando una buena comunicación y ofreciendo a Lot la mejor parte de la tierra. La historia termina con Lot escogiendo la mejor parte para sí y Abram recibiendo una vez más la confirmación de Jehová de que toda la tierra pertenecerá a sus descendientes.
Como señala Matthews en su comentario bíblico, el pueblo de Dios siempre debería optar por la paz. A pesar de que Abram pudo haberse quedado con las tierras, ya que Jehová mismo se las había entregado, él renunció a su derecho, para reestablecer la paz entre él y su sobrino Lot (Valdez, s.f.). La comunicación juega un rol muy importante en la resolución de su conflicto, ya que pudo ser resuelto totalmente por medio de ella. Utilizar la comunicación en la resolución de conflictos es, en otras palabras, “sofocar con toda velocidad el fuego que está empezando.” (Henry).
2.1.2. Nuevo Testamento – El Concilio de Jerusalén
Otro ejemplo de comunicación en la resolución de conflictos que se encuentra en la Biblia, es aquel suceso entre los primeros misioneros cristianos registrado en el capítulo quince del libro de Hechos de los apóstoles. Mientras que algunos, “que venían de Judea”, enseñaban a los gentiles convertidos que necesitaban circuncidarse y guardar la Ley de Moisés para ser salvos, Pablo y Bernabé junto con otros misioneros defendían que la circuncisión y la Ley no eran necesarias para alcanzar salvación. Este desacuerdo causó gran confusión en las iglesias de recién convertidos. En Antioquía Pablo y Bernabé tuvieron discusiones muy fuertes con personas de la secta de los fariseos. Se había generado un conflicto muy serio entre los líderes cristianos del siglo primero.
El versículo dos revela cuál fue la medida que se tomó para solucionar el asunto: “finalmente, la iglesia decidió enviar a Pablo y a Bernabé a Jerusalén, junto con algunos creyentes del lugar, para que hablaran con los apóstoles y con los ancianos sobre esta cuestión.” (Hechos 15:2, NTV). Los versículos seis al veintinueve informan algo de lo que se habló en el Concilio de Jerusalén. La frase “después de mucha discusión” (Hechos 15:7, RVR1960) indica a que entre los apóstoles y los ancianos en Jerusalén había diferentes opiniones; la discusión ya no era solamente entre la secta de los fariseos y los apóstoles.
Después del testimonio de Pedro, “toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles.” (Hechos 15:12, RVR1960). Aquí se presenta un hermoso ejemplo sobre cómo debería funcionar la comunicación en el conflicto. La multitud calló, es decir, dieron oportunidad a que otros hablen. Oyeron a Bernabé y a Pablo, significa que prestaron atención a lo que decían, sin ignorarlo o desechar desde un principio los argumentos que presentaban. El siguiente versículo muestra cuán respetuosos eran los participantes del Concilio al hablar, “cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo,” (Hechos 15:13, RVR1960).
El Concilio de Jerusalén enseña que para la resolución de conflictos es sumamente importante el hablar y el escuchar con respeto. Werner de Boor y Adolf Pohl en su comentario bíblico observan “Es una hermosa señal de libertad y sinceridad en el cristianismo primitivo que tanto Pablo y Bernabé, como también los miembros de la iglesia que más se concentraban en la Ley, pudieran expresar libremente sus puntos de vista en público.” (Boor & Pohl, Wuppertaler Studienbibel – Das Evangelium des Johannes, Die Apostelgeschichte, 1989, pág. 271).
Además de tener acontecimientos históricos en que los conflictos fueron solucionados gracias a una buena comunicación, la Biblia da instrucciones concretas en cuanto a la convivencia con otros. Como se demostrará a continuación, varias de las instrucciones asumen que haya una comunicación entre dos partes, pues sin ella, sería imposible cumplir con lo que enseña el Nuevo Testamento.
En primer lugar, la Biblia exhorta a los creyentes a vivir en paz y en armonía. Algunos ejemplos se encuentran en Romanos 15:5; 2 Corintios 13:11 y Hebreos 12:14. El vivir en paz y en armonía significa resolver los conflictos de una manera sabia y permitir que uno le corrija al otro, explican Boor & Pohl (1989) en la página 255 de su comentario bíblico. Muy ligado a este principio, está también el mandato de ponerse de acuerdo con los creyentes. 1 de Corintios 1:10 dice “Os ruego (…) que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo pensar” (RVR1960). La versión TLA lo expresa de una manera más clara “que se pongan todos de acuerdo”. El apóstol Pablo exhorta a los creyentes a que se deshagan de todo tipo de divisiones y se pongan de acuerdo. Esto sería imposible sin una buena comunicación.
“La palabra a su tiempo, ¡cuán buena es!” (Proverbios 15:23, RVR1960). Este versículo expresa otro principio para la comunicación en la resolución de conflictos. El autor de este proverbio da a entender que no solamente es importante lo que se dice, sino también el momento en que se dice. Además, Santiago 1:19 señala a la importancia de ser prontos para oír, pero tardos para hablar. Una buena comunicación en caso de un conflicto, por lo tanto, sabe discernir el buen momento para hablar, como explica Cristianos (s.f.) en un artículo publicado en la internet, como también callar a su tiempo, como lo expresa Santiago.
Hasta aquí algunos principios para la convivencia entre creyentes. A continuación, se estarán presentando algunas instrucciones del Gran Maestro, que también señalan a la importancia de la comunicación en la resolución de conflictos.
En Mateo capítulo cinco, Jesús enseña sobre el enojo y cómo reaccionar en caso de que haya conflictos entre dos personas o dos partes. La exhortación “anda y reconcíliate con esa persona.” (v. 24, NTV), indica a que la persona ofendida debe tomar el primer paso y buscar la reconciliación con su hermano (Hispano). Jesús aclara que es un deber el buscar la paz y la reconciliación, no se trata de una opción meramente. Este principio lo vuelve a mencionar en el versículo 25, “Cuando vayas camino al juicio con tu adversario, resuelvan rápidamente las diferencias.” (NTV).
Más tarde, Jesús da instrucciones sobre cómo actuar cuando un hermano de la fe peca. El primer paso es “habla con él a solas” (Mateo 18:15, TLA). Si esto no resulta ser eficaz, debe llevar a dos o tres hermanos para nuevamente confrontar al que ha pecado. Si sigue sin arrepentirse, “díselo a la comunidad” (DHH94I). Los tres pasos que presenta Jesús, se basan en la comunicación. Interesantemente, si ni el hablar con la comunidad de fe resulta ser una solución para el problema, la siguiente instrucción de Jesús es la siguiente: “tenle por gentil y publicano” (RVR1960). A los gentiles y publicanos se les debe presentar el Evangelio y llamarlos al arrepentimiento. Por lo tanto, también el cuarto paso que menciona Jesús se basa en la comunicación.
Comunicación – la ayuda práctica que ofrece en la Resolución de Conflictos
En el presente capítulo, se presentarán principios para la comunicación en base a lo desarrollado en los capítulos anteriores. Además, después de describir cada principio, se presentará un ejemplo práctico para mostrar cómo aplicarlos. Para esto, se armará un caso concreto de un conflicto entre el pastor y el líder de alabanza de una iglesia.
Andrés es pastor de la iglesia hace 11 años. Tiene 63 años y es una persona pensativa, tranquila, concienzuda. Hace unos meses la iglesia nombró a un nuevo líder de alabanza, Camilo, quien dice tener un llamado de parte de Dios de causar un avivamiento entre los miembros mediante una alabanza bastante diferente a lo que la iglesia conocía. Camilo es una persona impulsiva, expresiva, enérgica. Andrés no está de acuerdo con muchas de las cosas que hace Camilo durante la alabanza, ya por un buen tiempo. Un domingo, durante la alabanza, Camilo definitivamente cruza la línea en los ojos del pastor y en los de otros miembros. Por esta razón, Andrés interrumpe la alabanza y pide a Camilo que se detenga. Camilo se siente ofendido, y lo peor fue que la confrontación ocurrió en público.
3.1. Importancia de la voluntad para una comunicación constructiva
Reinhold Ruthe subraya varias veces la importancia de realmente querer resolver los conflictos, y, por consiguiente, estar dispuesto a hacer algo por ello (Ruthe, 1987). Hablando de la comunicación en el conflicto, sería el auténtico deseo de tener una comunicación constructiva. El ejemplo de Abram y Lot muestra algunas cualidades de una comunicación constructiva. Abram puso la paz entre él y Lot por sobre todas las cosas que poseía. Su manera de enfrentarse a Lot fue muy sabia y la forma en que habló muy calmada (Henry). También el Concilio de Jerusalén enseña principios importantísimos para la comunicación en la resolución de conflictos. Cuando surgieron discusiones y desacuerdos, los apóstoles decidieron reunirse para hablar sobre la cuestión. Además, muchos versículos novotestamentarios invitan a estar en paz con el prójimo; el carácter de estas invitaciones es más bien alentador, no determinativo. Se concluye, que tanto el hacer como el querer son de mucha importancia en la resolución de conflictos. Thomas Harris (2006) explica que cada persona puede decidir cómo reaccionar, es decir, puede reaccionar como Padre, Niño o Adulto[2]. Es más, citando a J. Ortega y Gasset, Harris dice que el hombre es “un ser que consiste no tanto en lo que es como en lo que va a ser.” (Harris, 2006, pág. 71). El cambio es posible, si está presente la voluntad.
En el conflicto que se ha presentado arriba, este principio se aplicaría, si tanto Andrés como también Camilo mostrarían apertura para resolver el conflicto mediante una comunicación constructiva. Andrés podría tomar la iniciativa, invitar a Camilo, para hablar sobre el asunto y las diferencias. Si Camilo no aceptaría la invitación, decidiría según su estado de Niño pichado. Si Camilo actuaría como el Padre, se iría, pero con la intención de vengarse por haber sido expuesto por el pastor. Si, en cambio, acepta la invitación del pastor, reacciona como Adulto.
3.2. Importancia de Yo-Mensajes
Además de la voluntad, también los Yo-mensajes pueden ser una gran ayuda en la resolución de conflictos mediante la comunicación. El análisis transaccional o conciliatorio, asume, ya que es influenciado por la filosofía humanista, que toda persona está bien. Cada uno tiene el derecho de decir su opinión y esto es lo que ocurre en la comunicación durante un conflicto. Sin embargo, el error muchas veces está en transmitir Tú-mensajes; es decir, pretender que la propia opinión subjetiva sea objetiva y presentarla como un hecho indiscutible (Ruthe, 1987, págs. 58-59). Reinhold Ruthe observa que Tú-mensajes causan mala gana, sentimientos de culpabilidad, sentimientos de no ser amado, y el deseo de contraatacar (Ruthe, 1987, págs. 59-60). Yo-mensajes, en cambio, dan a entender que lo que se dice es la opinión y la percepción personales, subjetivas y dependientes de la persona (Ruthe, 1987, pág. 60). Por lo tanto, como lo afirma el análisis conciliatorio, cada persona tiene su propia perspectiva; el transmitir Yo-mensajes es admitir que cada uno tiene su propia forma de ver la situación y su opinión, por consiguiente, es subjetiva.
Un diálogo entre pastor y líder de alabanza con Tú-mensajes sería el siguiente.
Camilo: ¡Tú me expusiste frente a toda la congregación!
Pastor: Lo hice, porque destruyes el orden que había en la iglesia.
Un diálogo con Yo-mensajes transmite la misma información, pero de una perspectiva diferente.
Camilo: Me sentí no respetado y como un objeto de burla, cuando la alabanza fue interrumpida.
Pastor: Tenía miedo de que la iglesia pierda su profundidad espiritual.
3.3. Importancia de la escucha activa
Como ya se ha mencionado en el primer capítulo, la escucha activa es una de las habilidades básicas necesarias para una buena comunicación. También el ejemplo bíblico del Concilio de Jerusalén deja ver que la escucha activa forma parte sumamente importante en la resolución de un conflicto; los apóstoles escucharon con respeto y paciencia las diferentes opiniones. Thomas Gordon observa que la escucha activa ayuda a comprender a las partes del conflicto, sin embargo, no puede solucionarlo, ya que se trata de una acción pasiva (Gordon, 1980, págs. 67-96). Por lo tanto, aunque la escucha activa forma parte esencial de la comunicación en la resolución de conflictos, es limitada en su eficacia durante el proceso. Beth Miller concluye que el problema número uno de la comunicación es la escucha activa, es decir, su ausencia (Miller, s.f.). Esta autora subraya varias veces el hecho de que “la meta aquí no es solamente escuchar el mensaje sino entenderlo al cien, con todo y emociones.” (Miller, s.f.).
Para resolver el conflicto el conflicto entre Andrés y Camilo, será necesario que ambos practiquen la escucha activa. Es decir, Andrés debe prestar atención a lo que dice Camilo y cómo lo dice. Así mismo, Camilo debe prestar atención a lo que dice el pastor. Además, la escucha activa implica hacer preguntas. Andrés podría preguntar a Camilo cuáles son sus convicciones respecto al trabajo eclesial y liderazgo de la iglesia. Camilo podría preguntar cuáles son las experiencias que ha tenido el pastor durante los 11 años de liderazgo.
En conclusión, el valor de la comunicación en la resolución de conflictos está en los beneficios que ofrece. Además, cualquier tipo de interacción social es imposible sin la comunicación, por lo tanto, esto también se aplica a la resolución de conflictos. El desafío está en desarrollar una comunicación constructiva, positiva, sabia y permanente. Para alcanzar lo recién mencionado, es necesario conocer los conceptos elaboradas por la ciencia relacionados al tema. Además, como se demostró, la Biblia ofrece una guía en cuanto a principios para la comunicación durante un conflicto. Uniendo los conocimientos científicos y los principios bíblicos, el creyente logrará practicar una comunicación constructiva en diferentes situaciones.
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[1] https://www.yoscoaching.com/blog/la-regla-55-38-7-de-albert-mehrabian/
[2] Véase capítulo 1.3. Análisis Transaccional