Estudiantes de teología ¿estudiosos o curiosos?

A male leaning against a wall while reading the bible

Siguiendo a Tomas de Aquino, en este artículo se contrasta la estudiosidad con la curiosidad. La curiosidad es presentada como algo negativo y la estudiosidad como algo que necesitamos perseguir y cultivar. Se presentan seis señales de alerta en cómo la curiosidad puede estorbar en la vida de aquellas personas que quieren estudiar y profundizar en el conocimiento de Dios y su Palabra. La invitación es la de ser estudiantes estudiosos de teología. Esto es un compromiso de toda la vida guiado y nutrido por una vida en dependencia del Espíritu Santo y en el contexto de comunidades de fe.

Estudiosidad y curiosidad

Primeramente, cabe explicar que un estudiante estudioso dentro del contexto de la preparación teológica es aquella persona que se esfuerza y se dedica a entender a Dios y su palabra para equiparse de las herramientas necesarias para el ministerio que Dios lo ha llamado.

El ser estudioso presupone que dicha actividad requiere de mucha seriedad, tiempo y esfuerzo para adquirir cualquier conocimiento. Además, conlleva ser una actividad reflexiva y como tal debe ser valorada tanto intelectual como moralmente en la medida que honre su objeto y finalidad.

En cambio, un estudiante curioso de teología es aquella persona que con el deseo de “conocer”, salta de un tema a otro de manera superficial, sin comprender a profundidad los diferentes contextos y temas teológicos. Sin poder organizar y conectar los conocimientos adquiridos acerca de Dios y su palabra.

Tomás de Aquino nos invita a buscar y desarrollar la virtud de la estudiosidad y de controlar nuestra curiosidad. Enfocando los esfuerzos en aquello que es nuestra vocación y llamado, y no buscando abordar diferentes temas de forma desordenada y con poca profundidad.

Estudiantes estudiosos y no curiosos: señales de alerta y desafíos

  1. Inflar y recordar. La primera señal de alerta tiene que ver con el orgullo. Uno se enorgullece por conocer la verdad. Fácilmente uno con el afán de conocer más, olvida que todo conocimiento proviene de Dios. Además, por el esfuerzo y dedicación que uno invierte, puede fácilmente tomarse todos los créditos por el conocimiento, olvidando que es necesario honrar a las numerosas personas (familia, amigos, líderes) que han contribuido en nuestro propio proceso de aprendizaje.
  2. Distorsionar y purificar. La segunda manera del conocimiento de la verdad hace referencia a cuando el conocimiento es mal utilizado para pecar. El autor habla de una intención distorsionada. Bien podría darse también el caso que el afán de conocer más de la verdad, no está motivado para edificar a otros, y por lo tanto no está fundamentado en el amor a Dios y al prójimo (Mt. 22:35-41). El desafío está en evaluar constantemente las motivaciones personales sobre el deseo de querer profundizar acerca de Dios y su palabra.
  3. Descuidar vs domesticar. La tercera señal de alerta se presenta cuando se dedica demasiado tiempo a actividades, lecturas y estudios menos útiles. Somos estudiantes curiosos cuando por ejemplo conocemos más de la vida de los deportistas o artistas del espectáculo, que de la vida, contexto y tiempo de los personajes bíblicos, o de los teólogos que influenciaron el desarrollo del pensamiento bíblico y teológico. Se requiere de mucha sabiduría y guía del Espíritu en ayudar a enfocarnos en aquellas tareas, actividades y lecturas que contribuyan al desarrollo y crecimiento hacia Dios y su palabra.
  4. Novedad vs juzgar. La cuarta señal tiene que ver con el afán de lo novedoso. Cuando por nuestro deseo por lo nuevo corremos de un lugar a otro para buscar, ver y experimentar a cualquier persona o movimiento. Como estudiantes serios es importante aprender a valorar, juzgar, y apreciar lo nuevo, a la luz de las Escrituras como base a las ricas experiencias y tradiciones que encontramos en la historia y desarrollo del cristianismo.
  5. Superficialidad vs dedicación. Otra señal de alerta es cuando se aprende desordenadamente. Cualquier estudiante de teología se debe dar cuenta que el organizar, conectar y manejar medianamente ciertas áreas del conocimiento de Dios y las Escrituras, requerirá de mucho esfuerzo, dedicación y reflexión. Resistiendo la superficialidad y sumergiéndonos a la tarea de estudiar, profundizar y organizar todo el conocimiento de Dios y de las Escrituras.
  6. Pretender vs. Contemplación. La sexta y ultima alerta tiene relación a cuando pretendemos conocer aquello que sobrepasa o está fuera del alcance de nuestro conocimiento. Los estudiantes curiosos ignoran o no reconocen la limitación humana y el carácter inescrutable de Dios. El problema con esto es que puede llevarnos a dedicar demasiado tiempo y esfuerzo a la búsqueda de estudios y conocimientos teológicos desconectados de la vida y vivencias de nuestras comunidades de fe.

Conclusión

El llamado para los interesados en profundizar sobre la teología, el conocimiento de Dios y las Escrituras, es el de ser estudiosos y no curiosos. Un llamado para estar atentos a las señales de alerta ante la presencia de la curiosidad en nuestra vida, ministerios y servicio a Dios y al prójimo.

 

Para leer el artículo completo vaya al siguiente enlace:

https://revistacientifica.uep.edu.py/index.php/espacioteologico/article/view/28

Resumen por Marcelo Centurión

Salir de la versión móvil