En ocasión de la celebración de los 500 años de la Reforma del siglo 16 es oportuno echar una mirada a un tema de mucha trascendencia para la iglesia cristiana, pero que por algunas razones ha sido en algo descuidado por los historiadores. Me refiero a la comprensión y el accionar misionero del movimiento Anabautista. Con este ensayo el objetivo es analizar su concepción bíblica-teológica de la misión como también su accionar de acuerdo a estas convicciones.
El continente europeo, también llamado el Occidente Cristiano, es el contexto en el cual acontece la Reforma. Esta realidad determina en gran parte las presuposiciones de ciertas posturas teológicas, especialmente las de la misión como podrá verse más adelante. Por el conocimiento general existente acerca del contexto histórico- religioso medieval será suficiente destacar aquí solamente la marcada decadencia espiritual y moral en que se encontraba la iglesia a fines de la Edad Media. A la vez también es de notar el despertar cultural, humanista y científico acompañado por grandes necesidades y búsquedas espirituales de la sociedad europea.
El movimiento anabautista que surgió en el contexto de la Reforma, tenía una postura muy particular con respecto a la misión cristiana. Es sumamente ilustrativo el hecho de que el texto de Mateo 28:19-20, es decir, la Gran Comisión, es el texto más citado por ellos. Pero esta no es la única muestra de su entendimiento acerca de la misión cristiana. Muy impresionante son las canciones de los Anabautistas, cuyos textos son una expresión de sobremanera clara de sus convicciones misiológicas. Quizás el argumento más convincente es su accionar misionero en medio de mucha persecución y opresión.
Tres conceptos resumen la misiología de los Anabautistas: comisión, obediencia e iglesia. Estos mismos servirán como bosquejo para nuestra investigación. También debemos recordar que la misiología anabautista no era una misiología en el sentido moderno de la palabra. Tampoco se encuentra una diferenciación entre evangelismo y misión; más bien, el anabautismo era un movimiento evangelístico-misionero que se expandió no muy diferente a como creció la primera iglesia, empezando en “Jerusalén” yendo hacia toda “Judea”, “Samaria” y hasta los confines de la tierra (Hch. 1:8). Y siempre, su punto de partida como también su defensa era la Gran Comisión, según Mateo 28:19 – 20 y Marcos 16.
1.Comisión
1.1.Fundamento bíblico
Los Anabautistas entendieron que ellos estaban comprometidos con la Gran Comisión. En otras palabras, era fundamental para ellos entender que su accionar misionero tenía una base claramente bíblica. Y como ya se mencionó, para la defensa de su accionar, ellos recurrieron vez tras vez a la Gran Comisión según Mat. 28:19-20 y Mr. 16:15-16”(Schäufele,1966, pág. 76). Littel (1947, pág. 195) afirma que ninguna otra cita bíblica se encuentra con más frecuencia en sus confesiones y declaraciones judiciales.
1.2. El entendimiento misiológico
Radicalmente diferente fue la postura anabautista. Su eclesiología les conducía a una misiología totalmente innovadora. Una misiología que no reconoce fronteras ni acuerdos políticos, que no respeta diferencias sociales y que no para frente a las amenazas reales de una sangrienta persecución. Su eclesiología se inspiró en el Nuevo Testamento y la vida de la primera iglesia. Al rechazar el bautismo de infantes, naturalmente rechazaron también una eclesiología en el sentido de una “sociedad cristiana”. Las implicancias de esta postura son tremendamente radicales. Mientras que católicos y reformadores consideraron a Europa un continente cristiano, para los anabautistas toda Europa representaba un campo misionero. Según Schäufele (1966), “la inmanente lógica de la crítica anabautista necesariamente conducía a la conclusión, que todas las personas que no habían sido convertidas y bautizadas y que pertenecían a una de las grandes iglesias errantes, eran considerados paganos” y candidatos a ser evangelizados (pág. 51). Desde esta perspectiva, los anabaptistas se sintieron desafiados puesto que de repente se encuentran en medio de un gran campo misionero. Para ellos el Occidente Cristiano representa un campo misionero y convoca al accionar evangelístico.
2.Obediencia
La misiología anabautista guarda una íntima relación con la obediencia. No se puede separar estos dos conceptos, puesto que es la obediencia que da cuerpo al concepto misiológico anabautista. Es más, la obediencia concreta a la gran comisión se tornó una estrategia misionera. El historiador Littell afirma que ellos prestaron más atención a la Gran Comisión que a cualquier otra palabra del Señor (citado en Kasdorf, 1975, pág. 305).
Friedmann (1973) forjó el concepto de la teología implícita de los Anabautistas. Propone este concepto argumentando que la teología Anabautista no es tanto una reflexión abstracta, sino más bien una espiritualidad hecha carne. Él cree que esta teología implícita se expresa en lo que los Anabautistas llamaron “Nachfolge Christi”, seguir a Jesús.
“Nachfolge” es una expresión muy propia anabautista para describir lo que en esta investigación llamamos obediencia. Friedmann habla de un cristianismo existencial, la unión de fe y vida (pág. 20). Obediencia al Señorío de Jesús entonces es la presuposición al cumplimiento de la Gran Comisión. En otras palabras, su dependencia de y confianza en la Palabra de Dios no solamente era importante con respecto a la persecución y la ética. También los hizo sensibles para la misión. El accionar misionero muy a menudo traía como consecuencia la persecución y el martirio. En tal caso, el sufrimiento y el martirio eran considerados un testimonio del amor de Dios. La muerte de Michael Sattler, por ejemplo, impactó fuertemente a la sociedad en su alrededor
.3. La Gran Comisión y la obediencia en el contexto de la iglesia
Para la visión misionera anabautista misión e iglesia iban juntas. Ellos en ningún momento separaban la obra misionera de la iglesia. La misión era la naturaleza de la iglesia (“iglesia misional”) y la iglesia era la esencia de la misión. La iglesia hacia misiones y mediante el accionar misionero surgieron las iglesias. El contexto eclesial del accionar misionero implicaba la siguiente meta: Invitar a personas al arrepentimiento y encaminarlas a seguir a Jesús,incorporándoles en la iglesia, puesto que el cristiano individualista aislado para ellos era impensable (Friedmann, 1973, pág. 80).
Propongo las siguientes dos perspectivas al analizar esta concepción misionera anabautista. Primero, la misión como la realización de la iglesia : que implica la conciencia de un claro llamado misionero, el envío, el cuidado y la previsión, y el ejemplo de los héroes de la fe.
Una segunda perspectiva es la iglesia como la realización de la misión: que conlleva el bautismo sobre la base de la fe, el bautismo de pacto y seguir a Cristo, además una urgencia escatológica acerca del Reino de Dios.
Conclusión
La comprensión de la misión de los Anabautistas se puede resumir con tres conceptos fundamentales: comisión, obediencia e iglesia. La Comisión está basada en la Palabra de Dios y un mandato directo de Jesús que es obligatorio para cada creyente.
Este llamado a la misión a través de la obediencia radical de los Anabautistas se expresa por medio de una dinámica y vibrante obra misionera. Y tal accionar misionero se da principalmente en el contexto de la iglesia. La iglesia se proyecta a sí misma en la misión y la misión se hace real en la plantación y edificación de la iglesia.
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