Martín Lutero, sin lugar a duda, fue el protagonista de la reforma del siglo XVI. Pero no era el único. Había, por ejemplo, unos cuantos precursores de la reforma cristianos, pensadores que lucharon por la renovación de la Iglesia de la Edad Media, que vivían décadas antes del mismo Lutero. Es más, a los mismos monasterios se los puede considerar como un noble intento de renovar a la iglesia.
Un ejemplo claro es Francisco de Asís, un gran luchador por la espiritualidad, por la paz y la reconciliación. Las ciudades en Paraguay, que fueron fundadas por los franciscanos hasta hoy en día, reflejan algo de esta teología de paz y del cuidado del medio ambiente, como por ejemplo Altos o Atyra.
Otro precursor era Tomás de Kempis, quien escribió el famoso tratado Imitación Christi, o sea, la imitación de Cristo. Este devocional hasta el día de hoy representa un gran desafío para todo aquel quien quiera seguir a Cristo con sinceridad más allá de los precursores. También hay que mencionar unos cuantos desarrollos sociales. Por ejemplo, el invento de la imprenta de parte de Johannes Gutenberg, este desarrollo tecnológico favoreció a todos los movimientos del siglo XVI. Además, había un contexto histórico que común, que fomentaba la reforma, la decadencia espiritual y moral de la misma Iglesia del siglo XVI. Era, naturalmente, el factor principal. También hubo un gran despertar científico. Tengamos en cuenta que 25 años antes del inicio de la reforma, un 12 de octubre de 1492, se da el así llamado descubrimiento de América de la mano de Cristóbal Colón.
Cabe destacar también el movimiento del humanismo, cuyo representante más destacado era Erasmo de Rotterdam, un holandés. Y si tiene que añadir que el humanismo del siglo XVI no era un humanismo ateo ni agnóstico, era un humanismo plenamente cristiano. Erasmo, por ejemplo, estaba muy comprometido con la renovación de la Iglesia. Es más, él también realizó traducciones de partes de la Biblia, conociendo muy bien los idiomas originales de la Biblia.
Otro movimiento de aquel entonces era la lucha a favor de los campesinos. Martín Lutero al inicio apoyaba estas luchas campesinas. Después, al ver el peligro del derramamiento de la sangre, cambió de opinión. Así también estas luchas campesinas, expresiones muchas veces violentas, representaban también un atractivo y una tentación para movimientos religiosos. En aquel entonces no era muy diferente a la realidad de hoy que muchas veces las luchas por el mejoramiento de los pequeños agricultores y campesinos se ofrece como una oportunidad para los diferentes intereses políticos, o a veces también religiosos. Mayormente los más necesitados salen de estas luchas con pocas mejoras sustentables. Mayormente son usados más bien para otros intereses.
Todo lo dicho hasta ahora significa que hubo un contexto religioso, social y política de la Reforma Protestante similar a otros tiempos, pero gracias al gran aporte de la Reforma Protestante, con el tiempo muchísimo cambió. Es por ello por lo que la Reforma sigue teniendo relevancia y es necesario conocer por lo menos algo de la misma. La realidad del mundo, la realidad económica, hoy sigue siendo impactada por los efectos de la Reforma Protestante.