Una de las actividades más gratas que encuentro como seguidora de Cristo es el poder expresarle mi adoración a través de las canciones. En mí tienen un poder asombroso que incluso en muchas ocasiones me han confrontado, me han hecho llorar, me han animado a poder continuar en medio de mi quebrantamiento, ayudando también a poder reconocer y recordar mi fe, la razón por la que lo sigo, la razón por la que adoro a Cristo.
Agradezco muchísimo a Dios por esa forma tan maravillosa de poder expresar mi fe, y no solo a mí, sino a mis hermanos en la fe en medio de nuestras reuniones comunitarias. En las reuniones buscamos fortalecernos más espiritualmente y donde las canciones comunitarias nunca pueden faltar, aún si faltan los instrumentos, siempre fue parte esencial, de manera que siempre nos ayudaba a amenizarnos y adentrarnos al “momento especial” de compartir juntos. En este momento especial preparado para nosotros que muchas veces estamos abatidos por la vida cotidiana, al lugar donde podíamos apoyarnos y recordándonos el control total de Dios, para luego culminar con el aprender juntos de la Palabra de Dios.
No siempre somos conscientes de lo importante de las canciones en nuestras reuniones comunitarias y de la gran influencia que llegará a tener en nuestra misma fe. Por eso, he podido comprender algunas razones más tangibles de esa importancia, y son que:
1. Nos ayuda a reconocer las cualidades distintivas como comunidad y cuerpo:
El unísono de nuestras voces cantando nos recuerda que somos un solo cuerpo, nos recuerda que no estamos solos, sino que, en medio de un mundo lleno de quebrantamientos, lleno de decepciones, estamos juntos dejando de lado nuestras diferencias y uniéndonos a la fe que nos llevó a congregarnos que es la salvación recibida por Cristo. En ese momento nos damos la oportunidad de llorar juntos, y a medida que cantamos, deseando que la paz y la fe nunca falte a ninguno de los que están presentes en su diario vivir.
De esta manera, mientras cantamos, no nos olvidamos de ninguno, sino que tenemos en cuenta a los que están cantando con nosotros, pidiendo a Dios que todos puedan ser fortalecidos, animados con su palabra.
2. Tienen en nosotros una función didáctica:
Teniendo en cuenta que las canciones forman parte de la expresión de nuestra fe, de nuestra adoración, a través de sus letras estaremos expresando “el contenido de nuestra fe”. Esto nos ayuda a entender la importancia de ser más conscientes de lo que creemos, de nuestra misma doctrina como congregación, recordándonos el plan de Dios, recordándonos nuestra misma naturaleza como Iglesia. Por eso, es importante que las canciones que entonamos pueden tener contenidos que;
- Hagan referencia a nuestra esperanza en la segunda venida de Cristo.
- Hablen sobre nuestra misión como enviados de Dios al mundo, y que nos alienten a actuar como representante de Cristo en el diario vivir.
- Nos desafíen como iglesia a tener coherencia entre lo que afirmamos en palabras y con la vida que llevamos.
- Nos recuerden que Dios es el centro de toda nuestra fe, de manera que también reconozcamos sus cualidades, su obrar por nosotros y por su creación entera.
- Expresen nuestra sinceridad de lamento y deseo de libertad final del pecado.
Estos son algunos ejemplos de contenidos que en el canto comunitario podemos incluir, de manera a que las canciones nos den la oportunidad de pensar como sentir, teniendo en cuenta que tenemos canciones que nos enseñan a tener reverencia, temor, arrepentimiento y duelo, así como canciones de alegría, celebración, libertad y confianza. De esta manera, las canciones deben “afectarnos” a cada uno, llevándonos a comprometernos más y más con Dios a través de lo que vamos expresando.
3. Nos guía a una vida llena del Espíritu:
Las canciones que entonamos son resultados de estar llenos del Espíritu como también es un medio para llenarnos de Él. Esto es así teniendo en cuenta que al estar llenos del Espíritu Santo comprendemos la necesidad de alabar a Dios, conscientes de su grandeza y su bondad. De la misma manera, en la expresión de palabras y contenidos referentes a la grandeza y la gloria de Dios, uno puede llegar a sentir la profundidad de todo ello, siendo esto como un ejercicio espiritual (disciplina espiritual) que nos permite fortalecer nuestra fe y nuestra relación con Dios, confiando y dependiendo de él y sus promesas.
En el canto, podemos expresar nuestro profundo amor hacia Dios y nos asombramos constantemente ante el misterio de sus maravillas, de manera a ser confrontados con el deseo de seguir llenándonos del Espíritu Santo en nuestras vidas.
4. Nos muestra la importancia de dar gracias a Dios en todo momento:
En nuestra devoción a Dios a través de las canciones, comprendemos la importancia de la gratitud a Dios, por todo lo que hizo en Cristo a favor nuestro, por su fidelidad, amor, misericordia y justicia y por todo lo que sigue haciendo en nosotros.
Esto no significa que cada vez que cantamos solo expresamos felicidad, ignorando nuestros quebrantamientos y dolor en el mundo, puesto que como mencioné anteriormente, entre los contenidos de las letras de las canciones también podemos expresar nuestra sinceridad rogando a Dios por la libertad final del pecado y sus consecuencias en toda la creación que gime por ello.
Las canciones nos llevan a ser agradecidos no solo en los momentos felices, sino también en los momentos de dolor y de angustia, comprendiendo que Dios tiene el control de todo y que todo lo que hace tiene un propósito, teniendo en cuenta que Dios usa el dolor como una herramienta para moldearnos y enseñarnos nuestra necesidad de dependencia hacia él.
Estos son algunos puntos que puedo mencionar para destacar lo maravilloso del canto en nuestras reuniones comunitarias, donde como un solo cuerpo vamos siendo confrontados con la grandeza y la maravilla de Dios en nosotros.