Pastorear a distancia, ¿es posible?

Alternativas para el ministerio pastoral en situaciones de distancia

El ministerio pastoral según la Biblia tiene privilegios y responsabilidades. El apóstol Pedro escribe:

«Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella no por fuerza sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta sino con ánimo pronto […] Y cuando aparezca el príncipe de los pastores vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria» (1 Pedro 5:2, 4 RV60).

El gran privilegio viene al final de todo, cuando aparezca el que juzga la tarea y recompensa de acuerdo a la fidelidad y efectividad, pero las responsabilidades bien cumplidas son las que determinan esa corona. El texto mencionado arriba exige tres características fundamentales para el trabajo pastoral bajo cualquier circunstancia y son (1) la voluntad (2) el interés honesto y (3) el ánimo pronto del pastor.

Lejos pero cerca

Cuando pensamos en el pastorado, nuestra mente se proyecta a un templo con una membresía congregada cada semana, alimentada y pastoreada por un pastor. Pero, ¿Qué pasa con aquellos que no se pueden congregar por la distancia? Ya sea por motivos de viaje de trabajo, estudios, etc. ¿Cómo pastorear los efectivamente sin perder la comunión?

Una famosa frase expresa lo siguiente: «Para el amor no hay barreras». En cierta manera, la relación supera la distancia y puede lograr los mismos efectos en el corazón de las personas separadas por kilómetros pero muy cercanas por el afecto y el deseo de estar juntos. Esta es la situación de aquellos pastores cuyas ovejas se han distanciado físicamente del rebaño pero permanecen muy unidos al corazón pastoral.

La mayoría de los pastores cuando tienen esta situación entre la membresía, lo primero que recomiendan es buscar una congregación en el lugar donde van a vivir y expiden una carta de recomendación pastoral; quizás sea la manera más tradicional de actuar en estas situaciones. Pero hay otra cara de la misma moneda, y es la de pastorear en la distancia aquellos miembros de nuestro rebaño.

Algunas formas prácticas que pueden ayudar a pastorear a distancia

No es sólo comunicación, sino pastorear, tener comunión; esto incluye orar juntos, estudiar la Palabra, consejería, ministrar la cena del señor y contención espiritual. El solo hecho de saber que tenemos comunión íntima es reconfortante; el apóstol Pablo pastoreo varias veces a distancia y los sentimientos eran iguales y algunas veces hasta más profundos: «porque Dios me estés digo de cuánto os añoro a todos con el entrañable amor de Cristo Jesús» (Fil 1:8 RV60).

Las reuniones virtuales son muy útiles para la comunión y participación activa; se pueden programar semanalmente e incluir a los miembros distantes a traer un devocional, hacer la oración de apertura o cierre, dirigir la reunión, etc. Lo que estas acciones demuestran es que la distancia no es un impedimento para seguir las actividades y el relacionamiento entre pastor y oveja.

Existen variedad de dones que el Espíritu Santo ha repartido y hay varias maneras de ejercerlos, así como proyectos donde cada miembro puede acoplarse y apoyar; el pastor puede enviar dichos proyectos a los miembros y canalizar su participación en la distancia. Cuando el liderazgo de una iglesia trabaja en conjunto con los miembros se cumple con lo dicho por el apóstol Pablo: «Así nosotros siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros» (Rom. 12 5 RV60).

No hay barreras

Quizás en todo esto falte el abrazo, la imposición de las manos, el comer juntos, la visita pastoral. Pero el amor tiene la capacidad de sobrepasar todos los límites y llegar a ministrar el corazón. De lo que sí estamos seguros es que si el pastor procura estos pasos, le estará diciendo sus miembros que hay un interés especial en sus vidas y que no hay barreras para el amor pastoral.

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