Este relato del pasaje de Lucas está en medio del emotivo pasaje de los caminantes a Emaús. La narración nos muestra a dos discípulos de Jesús que luego de experimentar el impacto de la muerte de Jesús, habían quedado no solo perplejos, sino también confundidos y sin entender lo acontecido. Al percatarse los caminantes de que no se habían concretado sus anhelos de que Jesús fuera un libertador poderoso confiesan “nosotros esperábamos que él fuera el que redima a Israel”. Sintieron que su mundo y sus ambiciones se venían abajo.
Jesús se tomó el tiempo de volver a explicarles las cosas que ya les había enseñado en reiteradas ocasiones y menciona que aun los profetas habían señalado las cosas y cómo estas iban a acontecer. Los confundidos discípulos recién recobraron el entendimiento y comprendieron cuando el maestro dio gracias por el pan, en la cena fraterna, en casa de uno de los caminantes.
Cuando los caminantes comprendieron, recobraron su fe en el resucitado y recobraron también la fe, el gozo y el valor. Además, experimentaron una emoción especial y recordaron que mientras Jesús les hablaba, “nuestro corazón ardía” y con este sentimiento confirmaron las enseñanzas, los dichos y los acontecimientos ocurridos en la muerte y resurrección de Jesús.
Cada año, en pascua conviene contar y explicar el sentido del sacrificio de Cristo y su resurrección gloriosa. Es importante que, sobre las manifestaciones culturales de cada época, se escuche lo que la Biblia nos dice respecto a las cosas que ocurrieron en aquellos días en que Cristo fue a la cruz por nuestros pecados y que su resurrección gloriosa nos trae la esperanza de la promesa de su espíritu acompañándonos al seguir nuestro camino hasta el hogar celestial.
Felices Pascuas de resurrección.