Martín Lutero era un estudioso de la Biblia. Uno de sus grandes aportes era la traducción de la Biblia al alemán. Con este trabajo de traducción prácticamente creó la gramática del idioma alemán. ¿Pero qué implica la traducción de la Biblia al idioma común y corriente del pueblo? Pues todos pueden y deben leerla, y para tal propósito tienen que saber leer y escribir. Esto implica crear escuelas y fomentar la educación de los niños y de las niñas.
El teólogo norteamericano Mark Noll afirma lo siguiente: Los reformadores estaban a favor de la educación universal porque pensaban que todos y todas tenían que leer las Escrituras y conocer el camino de reconciliación con Dios. Estaban a favor de la educación pública porque las escuelas parroquiales no habían logrado esta meta. Es decir, con la Reforma Protestante se inició un cambio radical en la historia de la educación hacia una educación universal para todas las clases sociales, para hombres y también para mujeres.
Los reformadores abrieron la educación para las mujeres, por lo menos en la escuela básica, para que pudieran cultivar su capacidad de administrar sus casas y criar a hijos educados en la fe cristiana. Esa promoción de la educación dejó huellas importantes en la sociedad. Lo llamamos un fuerte impacto cultural. La superación del alto índice de analfabetismo por medio de una acción educativa tiene sus raíces en la Reforma Protestante.
Es más, se puede hablar de la democratización de la educación, lo que era el privilegio de unos pocos. Llegó a ser un recurso para todos. Así, los países que abrazaron la Reforma Protestante comenzaron a salir del oscurantismo y de la ignorancia, dando importancia a la lectura y al estudio de las Sagradas Escrituras.
La óptica protestante revolucionó sociológicamente a estos países. Puede ser que esto, lo que dije, te hace dudar. ¿Realmente es así? Bueno, te invito a considerar lo que expresaron dos líderes gubernamentales católicos hace más de 100 años atrás. Benito Juárez, de procedencia indígena, presidente de México entre 1861 y 1872, dijo esto con respecto al impacto del protestantismo en la educación. Son palabras bastante, bastante duras. Aun así, es importante conocerlos. Benito Juárez dijo: “Del desarrollo del protestantismo depende la futura felicidad y prosperidad de mi nación. Yo desearía que el protestantismo sea mexicano, porque la gente necesita una religión que lo obligue a leer y no gastar sus ahorros en sitios para los santos”.
En 1904 se realiza un congreso pedagógico de mucha relevancia en este Congreso se dijo lo siguiente: “es un hecho observado que los pueblos protestantes son más adelantados que los católicos. Y esta superioridad de los unos sobre los otros, más que superioridad de razas, es superioridad de educación”.
El doctor Juan Soler era un intelectual, periodista, abogado, político, parlamentario, diplomático, catedrático universitario y autor. Lo que él afirma en este Congreso Pedagógico de 1904 en Asunción ya mencionado, es bastante fuerte y sin intención de ofender a nadie. Lo comparto, puesto que esto es parte de la historia de este Congreso pedagógico. Así dijo él: “los protestantes que dejan la verdad bíblica al criterio individual y que han creído menester e instrucción para interpretarla y enseñarla, imponen a los padres la educación de sus hijos e invitan a los príncipes a proveer a la instrucción de sus gobernados. Y ahí donde existe un templo a la fe, erigen también un templo al saber. Los pueblos germánicos y anglosajones son más avanzados que los de la raza latina. Los unos son protestantes, los otros católicos. Los unos educan el 20 por ciento de su población, los otros el 9 por ciento. Nuestro atraso no es de raza, es efecto de nuestra religión, de nuestras costumbres, de nuestra educación”. Un gran aporte de la Reforma Protestante, entonces se encuentra en la educación, con la lectura las personas aprenden a pensar por sí mismos y a formar su propia opinión con la lectura de la Biblia. Una persona es impactada y cambiada.