Comunidad educativa recuerda la pasión de Jesús
El lunes, 21 de marzo de 2016, la comunidad del Instituto Bíblico Asunción celebró un culto recordando la pasión de Jesús con cantos, la lectura de textos, la meditación en la palabra de Dios y la participación en la Santa Cena. Semanalmente, los estudiantes y los profesores del IBA se reúnen para celebrar un culto. Generalmente estos cultos tienen lugar los miércoles a la mañana, pero debido a los días de receso por la Semana Santa, esta semana el culto se celebró el día lunes.
El culto comenzó con el canto de varios himnos y canciones espirituales, combinado con unas lecturas de textos bíblicos referentes al sufrimiento de Cristo y la redención por medio de su cruz. Seguidamente, el profesor Flavio Florentín animó a la comunidad a entender, aceptar y manifestar que Jesús es el único y suficiente mediador del Nuevo Pacto. Predicando el mensaje de Hebreos 8, instó a entender la insuficiencia del viejo pacto, a aceptar la suficiencia de Cristo y a manifestar confianza, pureza de vida y perseverancia por medio de Jesucristo.
El culto culminó con la celebración de la Cena del Señor. Estudiantes y profesores se unieron para tomar del pan partido con gratitud, reconociendo la entrega de Jesús a su favor. Tomaron de la copa, recordando que Jesús se dio a sí mismo por amor y gozando en la salvación.
El Instituto Bíblico Asunción es una sede de la Facultad de Teología de la Universidad Evangélica del Paraguay. Como tal, creemos que, como reza la Confesión de fe:
Dios el Padre envió al Hijo Jesucristo al mundo, nacido de la virgen María. Jesús inauguró el Reino de Dios, proclamando arrepentimiento del pecado, anunciando liberación a los oprimidos y buenas nuevas a los pobres, y llamando discípulos a seguir su camino en una nueva comunidad. Jesús respondió a los poderes malignos de violencia, tomando la cruz, para morir por los pecados del mundo y reconciliar la creación con Dios. Jesús obtuvo la victoria sobre pecado, la muerte y Satanás, pues Dios reivindicó a Jesús, resucitándolo de los muertos y exaltándolo a la mano derecha de Dios, donde intercede por los santos y reine para siempre.