Impactando con el Hobby
Mi nombre es Cristian Unruh, tengo 33 años y soy de Filadelfia. Soy profesor de educación física y ahora estudiante en el cuarto curso en el IBA.
Cuando hace años terminé el colegio, yo estaba interesado en estudiar Educación Física o estudiar teología en el IBA. En ese tiempo Dios guió todo de tal manera que terminé estudiando educación física en la ENEF (Escuela Nacional de Educación Física).
Desde que empecé a trabajar como profesor siempre he visto mi profesión como un llamado y lo he usado para conectar con los jóvenes y ayudar a acercarse a Cristo. Sabía que estaba en el lugar correcto en ese momento pero también sabía desde el primer día que no siempre estaría trabajando en eso solamente. He aprendido mucho en ese tiempo y Dios ha formado mi carácter. Mirando hoy hacia atrás entiendo porque Dios me guió así. Cuando en el 2019 llegué al IBA ya había pasado por importantes procesos de sanidad interior y también maduré más.
Estudiando en el IBA no he dejado por completo mi amor por la educación física y sigo usando las actividades deportivas para conocer gente, hacer amistades y ser sal y luz en la vida de ellos. Una de mis metas para cada año es conocer un nuevo deporte, conocer sus reglas y practicarlo. Es así que en el año 2018 conocí el deporte que hoy en día más entreno, disfruto y uso como herramienta para acercarme a personas: La lucha de brazos, o mejor conocida como “pulseada”. Antes de eso no sabía que a nivel internacional hay federaciones, torneos y que es un deporte reglamentado.
Lo que me fascina de la pulseada es que es un deporte que se puede practicar en todas las edades (hay atletas internacionales con más de 60 años). Es un deporte de lucha, dónde no le busco de lastimar al oponente y donde solamente mejoro realmente si practico con otra persona. Mi oponente al mismo tiempo es mi compañero. O como la biblia lo diría: hierro con hierro se afila.
Siempre estamos buscando más interesados y tratando de que más gente lo vea como un deporte sano. En este deporte importa mucho la fuerza, pero así mismo la técnica. Solamente quien persiste se vuelve realmente bueno en eso. Y es un muy buen deporte para formar el carácter: Quien se cree mejor y no acepta consejos se estanca en el proceso. Sin embargo quien es humilde y dispuesto a aprender siempre mejorará.
La pulseada tiene sus riesgos, porque es un deporte de mucho impacto en las articulaciones de los hombros y los brazos, pero quien respeta las reglas y aplica bien la técnica no se lesiona. Es una buena metáfora de la vida: si sigo las instrucciones de Dios, me irá bien, y si no, me lastimo y a los demás en mi entorno.
En diciembre del 2019 organizamos dos cursos con el tetracampeón mundial Roberto Pareja de Brasil, quien vino a compartir con nosotros su conocimiento y su pasión por Cristo. Me inspiró mucho a seguir con esto para ofrecerles a los jóvenes una actividad sana y usarlo para ser sal y luz. Hoy en día ya organizamos torneos de muy buen nivel y ya hemos recibido invitaciones para participar en torneos en países vecinos.
Yo quisiera que eso hagan más personas con sus hobbies y talentos, usarlos para impactar en la vida de otras personas. En el IBA aprendemos que debemos desarrollar una teología cercana a la gente, una teología del camino. Debemos llevar la luz de Cristo a todos los ámbitos. Una de las formas como aplico eso es la pulseada. ¿Cómo lo aplicas vos?