Como institución de los Hermanos Menonitas, nuestra confesión de fe refleja las raíces anabautistas y evangélicas de la historia de la denominación. La Iglesia Hermanos Menonitas tuvo sus orígenes en Rusia en 1860. Nació en un contexto de avivamiento y renovación, resaltando los siguientes principios bíblicos:
- La salvación por medio de la fe personal
- El bautismo consciente y voluntario de los convertidos
- La vida santificada y en obediencia a Cristo
- La importancia del estudio de la Palabra de Dios en forma personal y en la comunidad de creyentes
- La participación activa y comprometida en una iglesia local
- El llamado a la misión de todos los creyentes en Cristo.
Desde sus inicios, el IBA ha abierto sus puertas a personas de diversas denominaciones y tradiciones que han aportado a nuestra comunidad un panorama más amplio de la fe cristiana. Los siguientes documentos reflejan los énfasis de nuestra confesión de fe.
CONOZCA LA COMUNIDAD INTERNACIONAL DE HERMANOS MENONITAS (ICOMB)
Creo en Dios Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra;
y en Jesucristo, su único Hijo, Señor nuestro;
que fue concebido del Espíritu Santo,
nació de la virgen María,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato;
fue crucificado, muerto y sepultado;
descendió a los infiernos;
al tercer día resucitó de entre los muertos;
subió al cielo, y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso;
y desde allí vendrá al fin del mundo a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la Santa Iglesia Universal,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida perdurable. Amén.
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Una comité de la Comunidad Internacional de Hermanos Menonitas elaboró la siguiente confesión de fe de 2001 al 2003, y la misma fue aceptada por los representantes de las convenciones miembros de ICOMB en Junio 2004. El propósito de una común profesión de Fe es guiar a las Convenciones Nacionales a formular sus Confesiones de Fe específicas, de acuerdo a sus propias culturas. También sirve para definir nuestras posiciones ante iglesias nacionales que han solicitado asociarse a la iglesia hermanos Menonitas.
Parte 1: ¿CÓMO OBRA DIOS EN EL MUNDO?
Dios, Señor soberano del universo, creó los cielos y la tierra por su palabra poderosa. Dios creó la humanidad, hombre y mujer, a imagen suya, para que viva en comunión y sean mayordomos de la creación. Los seres humanos abusaron de su libertad, rebelándose contra Dios en desobediencia, trayendo así separación y muerte. En la rebelión contra el reinado de Dios, los poderes de Satanás, pecado y muerte demandaron dominio sobre el mundo.
Dios, el Liberador, intervino para establecer un Pueblo de Pacto, comenzando con Israel. Fue el propósito de Dios formar la comunidad Pacto, para vivir en comunión con Dios, para gozar las bendiciones de Dios y para servir con una luz a todas las naciones. A través de los profetas Dios hizo conocer su ley y sus propósitos, expresando que Él es para siempre fiel, justo, recto, misericordioso como un padre y compasivo como una madre. Dios prometió la esperanza de una nueva creación.
Dios el Padre envió al Hijo Jesucristo al mundo, nacido de la virgen María. Jesús inauguró el Reino de Dios, proclamando arrepentimiento del pecado, anunciando liberación a los oprimidos y buenas nuevas a los pobres, y llamando discípulos a seguir su camino en una nueva comunidad. Jesús respondió a los poderes malignos de violencia, tomando la cruz, para morir por los pecados del mundo y reconciliar la creación con Dios. Jesús obtuvo la victoria sobre pecado, la muerte y Satanás, pues Dios reivindicó a Jesús, resucitándolo de los muertos y exaltándolo a la mano derecha de Dios, donde intercede por los santos y reine para siempre.
En el día de Pentecostés, Dios envió al Espíritu Santo quien había obrado en la creación, quien dio poder a los profetas y quien inspiró las Escrituras. A través del Espíritu, Dios estableció la iglesia, el cuerpo de Cristo, para proclamar el reinado de Dios y dar testimonio de la nueva creación. El Espíritu es derramado sobre todos los que reciben a Cristo, bautizándolos y sellándolos para redención como hijos de Dios. Todos aquellos, que creen y confiesan que Jesús es Señor, son nacidos de nuevo en cristo. Los creyentes son bautizados en agua, ingresando a la Comunidad de Pacto en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Por gracia son salvos mediante la fe, para vivir la paz y el amor de Dios, en la faz de circunstancias adversas.
La iglesia es la nueva creación de Dios, el agente de transformación, llamada a modelar el diseño divino para la humanidad. El pueblo de Dios llama a todos a arrepentimiento y conversión, busca promover justicia, se mantiene fiel en sufrimiento, comparte generosamente con los necesitados. Actúa como agente de reconciliación para revertir la enajenación, traída por el pecado. En la cena del Señor la iglesia proclama la muerte del señor y celebra el nuevo Pacto.
La nueva creación será completa cuando Cristo vuelva. Todos aquellos que pertenecen a Cristo resucitarán con nuevo cuerpo, mientras que Satanás y aquellos que han rechazado a Cristo, enfrentarán condenación eterna. El nuevo cielo y la nueva tierra vivirán bajo el reinado de Dios en eterna paz y gozo duradero.
Referencias bíblicas: Génesis 1-3; Éxodo 6:6-8; Ps. 8; Isa. 49:6; Jer. 9:23-24. 31:31-34; Os. 2:19-20; Mat. 4:17; 25:46; Marcus 8:34-38; Lucas 4:18-19; Juan 3:16; Hechos 2; Rom. 8; 1. Cor. 11:23-3; 12:13; 15; 2. Cor. 5:17; 6:2; Ef. 1:13-14. 2:8-10. 6:10-12; Col. 2:12-15, 1. Tes. 4:13-15. 11; 2. Tim. 2:16-17; Hebr. 7:25; Ap. 21-22.
Parte 2: ¿CÓMO RESPONDEN LOS HERMANOS MENONITAS AL PROPÓSITO DE DIOS?
La iglesia de los Hermanos Menonitas tiene su raíz en el movimiento anabautista de la reforma del siglo XVI, un movimiento que buscaba recuperar la fe y vida de la iglesia del Nuevo Testamento. La iglesia Hermanos Menonitas nació en medio de la renovación menonita de Rusia en 1860. Misiones mundiales y migraciones varias produjeron una iglesia, que este presente en todo el globo. Como comunidad mundial de Hermanos Menonitas, nos comprometemos a ser un pueblo de Dios.
Pueblo de la Biblia
La Biblia tiene autoridad pues es la Palabra de Dios y la guía infalible para fe y vida.
Cosmovisión: La Biblia provee el marco de referencia para nuestra comprensión del mundo.
Interpretación: Nuestra interpretación se centra en Cristo: leemos las Escrituras desde la perspectiva neotestamentaria. La persona, enseñanza y vida de Jesucristo traen continuidad y claridad a ambos, el antiguo y el nuevo Testamento.
Comunidad de interpretes: cada creyente es alentado a buscar entender la Biblia para discernir la voluntad de dios y obedecerla. Ya que el espíritu Santo vive y obra en cada creyente, leemos e interpretamos la Biblia y sus demandas para la vida contemporánea en comunidad.
Referencias bíblicas: Sal. 1; 119; Mat. 5-7; Lucas 24:27. 44-49; 2. Tim. 3:14-17; Hebr. 1:1-2; Hechos 2:42. 15:1-29. 17:11; Col. 3:14; Pedro. 1:10-12.
Pueblo de un Nuevo Modo de Vida
Por la gracia de Dios el Espíritu Santo llama a todos a un nuevo modo de vida, a través de la conversión, discipulado y permanente renovación.
Conversión: Conversión cristiana comienza con el nuevo nacimiento y siempre incluye un compromiso personal consciente. Los cristianos somos llamados a volver de una relación rota con dios, a una relación personal con el Dios verdadero. De las ataduras del pecado y errores del pasado, hacia libertad, perdón y sanidad.
Discipulado: En Cristo la salvación y la ética se unen. Como cristianos somos llamados a abandonar el individualismo y vivir en interdependencia con otros en la iglesia. A mostrarnos fieles a la vida y enseñanza de Jesús en el cotidiano vivir.
Renovación: En cada creyente habita el Espíritu Santo, testificando de que somos hijos de Dios, ofreciendo renovación y purificación continua, proveyendo así poder para vivir una vida de testimonio y servicio.
Referencias bíblicas: Is. 43:1; Marcos 8:34-38; Juan 1:12-13; 3:5-8. 14. 15. 26; Rom. 8; 1. Cor. 4:2; Col. 3:1-4; Tit. 3:3-7.
Pueblo de Comunidad de Pacto
En la iglesia, la Comunidad de Pacto, los creyentes se comprometen a adorar juntos a Dios, a orar como Cristo nos enseñó, a vivir en comunión y a cuidar los unos a los otros.
Bautismo de creyentes: Gente de todas las culturas, naciones y lenguas, que están dispuestos de seguir a Jesús como discípulos obedientes, confiesan a Jesucristo Salvador y Señor y son bautizados en agua a la comunión de la iglesia. La Iglesia Hermanos Menonitas bautiza por inmersión.
Cena del Señor: En la cena del Señor la iglesia se identifica con la vida de Cristo dada por la redención de la humanidad y proclama la muerte y resurrección del Señor hasta que Él venga. Esta cena de conmemoración expresa reconciliación, comunión, paz y unidad de todos los creyentes con Cristo.
Responsabilidad mutua: La iglesia interpreta la voluntad de Dios discerniendo por los otros para una vida de fe, según el modelo de Cristo. El propósito de está rendición de cuentas no es castigar o condenar, sino sanar y restaurar a través del arrepentimiento. La iglesia excluye a aquellos que de una manera reiterada rechazan disciplina.
Sacerdocio de todos los creyentes: El Espíritu de Dios da dones de servicio a todos los creyentes para edificar el cuerpo de Cristo. La iglesia discierne el llamado de Dios y confirma a siervos líderes, quienes capacitan a los miembros para el ministerio.
Referencias bíblicas: Mat. 16:13-20. 18:15-2; 28:18-20; Hechos 2:37-47; Rom. 6:3-4; 1. Cor. 11:23-32. 12-14; Ef. 4:11-16; Col. 2:12-13; Hebr. 10.24-25; 1. Pedro 2:9-10. 4:10-11.
Pueblo de Reconciliación
La misión de Jesús fue reconciliar a seres humanos con Dios, con el prójimo y con el mundo. El vino a proclamar el Reino de Dios. La iglesia tiene el llamado de participar en la misión de Dios.
Misiones: Cristo envió a la iglesia a hacer discípulos a todas las naciones, bautizándolos y enseñándolos a guardar todos sus mandamientos. Jesús enseña que sus discípulos deben amar a Dios y al prójimo, compartiendo las Buenas Nuevas y haciendo obras d e amor y compasión.
Siendo Jesús el único camino de salvación, el imperativo evangelístico es dado a todos los creyentes.
Testimonio de paz: Paz y reconciliación son el corazón del evangelio cristiano. Jesús llama a la comunidad de fe a ser constructores de paz en todas las situaciones. Creemos que la paz con Dios incluye un compromiso de transitar por el camino de reconciliación, según el modelo del Príncipe de Paz. Los cristianos somos llamados a abandonar estilos de vida que nos perjudican. Para escoger una vida de integridad, sanidad, gozo y paz; dejar de odiar enemigos e ignorar prójimos para expresar amor y justicia a todos.
Familia: Dios bendice a solteros, matrimonios y familias. Dios llama a todos a vivir una vida de pureza sexual. El matrimonio es un compromiso de pacto de por vida, entre un hombre y una mujer. Padres piadosos instruyen a sus hijos en la fe. La iglesia nutre la vida familiar y hace todos los esfuerzos para traer reconciliación a relaciones humanas dañadas.
Estado: Dios dio al Estado la responsabilidad de promover el bienestar de todas las personas. Los seguidores de Cristo respetan a las autoridades gubernamentales y oran por ellas, pero resisten la tentación de dar al Estado la devoción que pertenece a Dios. La lealtad prioritaria de todo cristiano va hacia el reino de Cristo y su iglesia global. En cada estado y sociedad, cristianos cooperan con otros, para defender a los débiles, reducir conflictos, asistir a los pobres y promover la justicia, paz y verdad.
Referencias bíblicas: Mat. 5-7; 22:34-40. 28:18-20; Lucas 4:18-19; 10:25-37; Rom. 12:11-13. 10; 2. Cor. 5:17; 6:2; Ef. 2; 5:21; 6:4; 1. Tim. 1:1-6; Sant. 2; Pedro 2:21-25.
Pueblo de Esperanza
La iglesia pertenece al Reino de Dios que irrumpe. Los ciudadanos del reino dan ejemplo de comunidad alternativa, desafiando valores antidivinos de culturas de este mundo. El pueblo de Dios se une a la lucha por la justicia, y al mismo tiempo se está preparando para sufrir persecución, sabiendo que pecado, culpa y muerte no prevalecerán.
Referencias bíblicas: Mat. 5:10-12. 10. 7; 13:24-25; Mar. 1:15. 13; Lucas 17:20-37; 21:5.36; Tit. 2:11-14; Ap. 21-22.